sábado, 1 de diciembre de 2012

Santa Laura de San Pedro y compañeras mártires

Desde Córdoba (España)
¿Podrías pasarme alguna información sobre santa Laura de Constantinopla?

Santa Laura de San Pedro.
Óleo sobre madera del siglo
XVII.
En el anterior artículo sobre los santos de la Orden de la Santísima Trinidad (ver), se había hecho referencia a los santos "no oficiales" de la misma, entre ellos se mencionaba el grupo de santa Laura y sus 52 compañeras mártires, a saber, monjas de un supuesto convento trinitario en la ciudad de Constantinopla, desaparecido a mediados del siglo XV.

En esta oportunidad amplío un poco más el tema sobre esta curiosa "santa", que últimamente ha tomado mucha popularidad en la web. Lo cierto es que santa Laura de San Pedro, sigue siendo un personaje desconocido por los trinitarios, quizá por lo poco que sobre ella se narra o por lo mucho que tiene de ficción. Antes que nada aclaremos como es que supuestamente llegaron los Trinitarios a la capital del Imperio Romano de Oriente.

Dos versiones sobre la llegada de trinitarios a Constantinopla
La primera de ellas, dice que los primeros en dar sus pasos por el Imperio Oriental fueron unos delegados del mismo san Juan de Mata en el año 1204, los cuales, acompañaban al ejército cruzado que se dirigía hacia Tierra Santa con el fin de reconquistar los Santos Lugares ocupados por los musulmanes. Estos mismos frailes se radicarían en Constantinopla y allí fundarían un convento con la bendición del mismo emperador.

La segunda versión, narra que la empresa de fundación del convento constantinopolitano, se llevaría a cabo por fr. Enrique Alemán y otros doce religiosos, enviados por el entonces Ministro General y primer sucesor de san Juan de Mata, fr. Juan Anglico osst., al inicio de su gobierno en 1214 . Los religiosos llegarían a la ermita de San Antonio Abad, que se encontraba en unos terrenos a las afueras de la ciudad, donados por el emperador Balduino II. Junto a la casa se fundó un hospital para los pobres y los peregrinos.

Fundación del monasterio de las monjas
En cuanto al monasterio de las trinitarias, se encuentran también dos versiones sobre su fundación. Una de ellas coloca como fundador al Emperador Balduino II (1217-1273). Él y sus sucesores, se encargarían de  enriquecerlo en fábricas y rentas . La otra versión dice que, probablemente fue hacia el año 1441 cuando se edificó un convento de monjas cerca del antiguo convento de los trinitarios.

A pesar de las discrepancias sobre la fecha de fundación y el fundador o fundadora del monasterio, todas las versiones coinciden en que estaba consagrado a santa Inés, Patrona de la Orden y lo habitaban unas 53 religiosas, de las cuales era priora Laura de San Pedro. Las monjas se caracterizaban por la observancia de vida y todas morirían mártires en defensa de la castidad y de la fe católica, ante los crueles ataques de los otomanos .

Laura de San Pedro o de Constantinopla
Escasos son los datos sobre la vida de "santa" Laura de Constantinopla. La mayor parte de ellos son ficticios, por lo cual lo que se diga en este escrito no puede tomarse más que como la creación narrativa de quienes admiraron y veneraron por mucho tiempo a este personaje.

Se dice que nace de una familia que pertenecía a la pequeña nobleza de Grecia a inicios del siglo XV y que su nombre era Ana o Juana de Trasci. Su padre Miguel era soldado, mientras que su madre Helena pertenecía a la familia albanesa de los Pulati. Ambos eran buenos cristianos. Junto con sus hermanas Eudocia y Teodolinda, entra en el monasterio de la Trinitarias de Constantinopla, donde cambia su nombre por el de Laura de san Pedro. Años más tarde, distinguiéndose por una vida humilde, discreta y piadosa, es elegida como priora del monasterio , sin llegar a alcanzar siquiera la edad de 30 años. Se dice que estaba adornada de grandes virtudes y de una hermosura admirable.
Martirio de santa Laura y sus compañeras. Lienzo del monasterio
de las trinitarias de Lope de Vega (Madrid-España).
Foto: Fr. Sergio Pereira O.SS.T.
La toma de Constantinopla
En tiempos de "santa" Laura, la ciudad de Constantinopla se encontraba en constante asedio por parte de los turcos musulmanes. Las tropas turcas lograron su cometido y tomaron la ciudad el 23 de mayo de 1453, mataron al Emperador y al ejército cristiano, destruyeron o saquearon conventos e iglesias y martirizaron a muchos cristianos, especialmente sacerdotes, religiosos y monjas católicos y “uniatas” (ortodoxos que regresaron a la comunión con la Iglesia Romana). Dejando en libertad a quienes juraban fidelidad al nuevo “Rey”: Mahometo.

Milagros obrados por "santa" Laura antes del martirio
Una narración cuenta que en una ocasión (antes del día del martirio), Laura supo que la subpriora del convento, "santa" Ángela del Santísimo Sacramento, estaba siendo tentada por el demonio, quien le prometía salvar su vida del martirio, si negaba la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Laura la exhortó con palabras amorosas diciéndole: “Hija, no de asenso a lo que propone el adversario, y crea, como hasta aquí, que por las palabras que dice el sacerdote cuando consagra, la sustancia de pan se convierte en cuerpo de Cristo”. De esa manera cesaron las tentaciones del demonio y "santa" Ángela se vio librada.

Santa Laura y sus 53
compañeras mártires.
Lienzo. Convento de las
trinitarias de Sevilla (Esp).
Conociendo "santa" Laura que se acercaba la hora, mandó que todas bajasen a la iglesia y para no dejar el santísimo cuerpo de Cristo expuesto a la irrisión de los mahometanos, abrió el sagrario y administró la comunión a todas sus hermanas (según otra narración el mismo Cristo se apareció en trajes blanquísimos y relucientes, animando a las religiosas a vivir con amor y entrega el don preciado del martirio).

La hora del martirio
Cuando las religiosas se encontraban aún en la iglesia, los mahometanos derribaron las puertas del monasterio. Santa Laura, oyendo los insultos que los mahometanos proferían hacia la religión cristiana, mostrando un crucifijo que llevaba en sus manos, animaba a sus hermanas en la fe e invitaba a los infieles a la conversión, de ellos no recibió más que improperios y heridas de dardos. Aun con las flechas ensartadas en su pecho, ella no cesaba su exhortación. Las hermanas al ver la actitud valerosa de su superiora, se animaban unas a otras dando gracias a Dios. Mientras unas fueron degolladas, otras fueron heridas con flechas y otros instrumentos mortales. El monasterio fue completamente destruido y los cuerpos de las hermanas quemados.

El nombre de todas las religiosas no se conserva, solo el de las dos mencionadas anteriormente, las dos hermanas de la priora  y el de otras dos, llamadas "santa" Lucía de Santa Lucía y "santa" Catalina.

De igual manera sufrirían el martirio unos 112 religiosos trinitarios. Al parecer este martirio se encuentra registrado en el Agiologio lusitano para el día 25 de enero (por encontrarse entre ellos 8 frailes portugueses. De hecho en el Agiologio parece que solo se encuentran los nombres de estos).

Según la leyenda, aun herida,
santa Laura no dejaba de
exhortar a los mahometanos
a la conversión. Lienzo.
Monasterio Lope de Vega.
Foto: Fr. Sergio Pereira O.SS.T.
Iconografía
Aunque la memoria de santa Laura y sus compañeras no esté incluida en la lista de los santos de la Iglesia, existen varios retratos que se encuentran en algunos conventos de la Orden.

En el antiguo real convento de los trinitarios calzados de Madrid, había en el claustro, un retrato de santa Laura, con diadema e inscripción de santa, con un crucifijo en la mano izquierda, animando a sus religiosas al martirio e invitando a los mahometanos a la conversión. Además, se encontraba una pequeña lámina de madera que representaba a santa Laura, con aureola e inscripción de santa y con un cuchillo en la garganta.

En el monasterio de las Trinitarias de Lope de Vega, se conservan dos lienzos que representan el martirio de las 53 religiosas, presididas por santa Laura, y uno, donde está solo ella con el pecho atravesado por una flecha.

En el convento de los padres trinitarios de Córdoba-España, aún hoy, se puede apreciar un lienzo que preside el antiguo coro de los religiosos. En él, se representa a santa Laura con un crucifijo en su mano derecha y una palma en su mano izquierda, con dardos que atraviesan su pecho, lanzados por un musulmán, mientras otros verdugos degollan o pasan a espada a sus compañeras. Además en el claustro se encuentran una serie de lienzos, traídos del antiguo convento trinitario calzado de La Rampla, que representan probablemente el martirio de los frailes de Constantinopla.

En el convento de las trinitarias de Sevilla, aún se puede apreciar un lienzo en el que se representa a santa Laura con sus compañeras, casi con las mismas características del de Córdoba.

Vega y Toraya dice que en la iglesia del convento calzado de Granada en un altar del lado de la epístola consagrado a Nuestra Señora de los Afligidos, adornaba su retablo santa Laura de San Pedro y el beato Francisco Aberdonense. En la misma iglesia, en el retablo del altar consagrado al santo Cristo de las Penas, colateral del Evangelio, se veneraba también a santa Ángela del Santísimo Sacramento junto a san Juan Anglico .

En el real convento de Madrid se encontraba un retrato de santa Lucía de Santa Lucía, de medio cuerpo, con el hábito trinitario, una diadema de santa, un plato en la mano izquierda con unos ojos, que miraban fijamente a su verdugo y un ramo de azucenas en la mano derecha. En la inscripción aparece “Santa Lucía, de dicho Orden”, lo cual da a entender que anteriormente había una serie de retratos donde aparecerían las otras religiosas y quizá los frailes. Todos los días, los frailes renovaban el fuego de la lámpara encendida en su honor, pidiendo su protección.
Detalle del Lienzo que se encuentra en el coro del convento de
Santa María de Gracia de los trinitarios de Córdoba-España.
Foto: Fr. Sergio Pereira O.SS.T.
¿Leyenda o realidad?
La falta de documentos que atestigüen la presencia de los trinitarios en Constantinopla y por supuesto de las monjas, dan pie a no dar crédito a esta historia. Sabemos que los trinitarios fundaron en Oriente y que muchos eran los religiosos que acompañaban a reyes y cruzados en sus expediciones a Tierra Santa. Los más seguro es que hubo trinitarios de paso por Constantinopla, pero asegurar que se fundó un convento en ella (los primeros siglos de la Orden), ya son palabras mayores.

Por otra parte, en el siglo XV los conventos o monasterios femeninos trinitarios son prácticamente nulos y eran una realidad más bien de la Península Ibérica. No se sabe de monasterios de Trinitarias fuera de España y Portugal, por lo tanto, parece casi que imposible que las monjas trinitarias pudieran estar en Grecia. De ser así, ¿quién contó la historia? ¿se salvó alguna monja o algún fraile? las crónicas no lo narran.

Es posible que existiese un grupo de "beatas" llamadas trinitarias y que hayan muerto mártires durante la toma de Constantinopla o quizá (lo cual puede ser más seguro) un grupo de monjes mártires que viviesen en una laura (especie de monasterio oriental), intitulada a San Pedro o a la Santísima Trinidad. En todo caso cualquiera de las dos opciones no son, ni más ni menos, verdaderas que la de que en realidad hubiese sido un monasterio trinitario. Lo cierto es que cuando llega la noticia a Occidente, los trinitarios la identifican como monjas de su orden y poco más tarde, redactan en sus crónicas la "historia" de su glorioso martirio.

BIBLIOGRAFÍA
DE RENSIS, N. Storia di Santa Laura da Costantinopoli nel quattrocentosettantacinquesimo anno della sua morte, Cosenza 1925.
DI AUGUSTIN-AMÉDÉE, D. Historia de Grecia y de Italia desde los tiempos más remotos hasta 1840. Barcelona 1844.
CALVO, Silvestre. Resumen de las prerrogativas del Orden de la Ssma. Trinidad... I. Pamplona 1791. Nota: Jacobo Valerio, obispo de Catania, hace mención de Santa Laura y sus compañeras en su primer libro de la Tierra Santa, cap. 31.
LÓPEZ, Domingo. Noticias Históricas de las tres florentíssimas provincias del celeste Orden de la Santissíma Trinidad, Redención de Cautivos, en Inglaterra, Escocia y Hibernia. Madrid 1714.
MELCHOR DEL ESPÍRITU SANTO, Vida de Nuestro Padre San Juan de Mata, Lib. 4. § 18.
OLABARRI, Martín. En un sosegado silencio, Historia de las Trinitarias de Clausura. Salamanca 1978.
PEREIRA, Sergio, Santa Laura de Constantinopla y compañeras mártires, en: Diálogo, Portavoz de la Comunidad Trinitaria España Norte, No 78, Noviembre 2012, pp. 68-71. Texto de referencia, prácticamente transcrito. 
VEGA Y TORAYA, Francisco. Chrónica de La Provincia de Castilla, León y Navarra... 2, Madrid 1723.
VILLEGAS, A. Flos Sanctorum, Historia General de la Vida, y Hechos de Jesu-Christo, Dios y Señor nuestro; y de los Santos, de que reza, y haze fiesta la Iglesia Catholica. Barcelona 1794.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Santos de la Orden de la Santísima Trinidad

Desde Bogotá - Colombia: ¿Cuántos son los santos trinitarios?
Desde Sao Paolo - Brasil: ¿Por qué siendo tan antigua la Orden de la Santísima Trinidad no tiene muchos santos?

El objetivo de toda espiritualidad en la
Iglesia es la santidad de sus miembros.
El objetivo de cualquier forma de espiritualidad en la Iglesia es la santidad de sus miembros. Por haberlo seguido, un respetable número de hombres y mujeres, religiosos, religiosas, monjas, laicos y otros miembros de la Familia Trinitaria, han merecido ser declarados por la Iglesia, santos, beatos o venerables. A otros se les ha introducido la Causa, por lo que se les puede llamar Siervos de Dios. Este número -para algunos- parece no ser suficiente y sumamos el hecho de que la popularidad de los santos de la Orden, no es que sea la más elevada que digamos. Por ello, no es la primera vez que alguna persona se pregunta la razón por la cual siendo una Orden tan antigua, tenemos “tan pocos” santos. Antes de dar cualquier respuesta se hace necesaria la aclaración de lo que significa un proceso de canonización.

El proceso de beatificación y canonización: 
La canonización, es un decreto por medio del cual, la Iglesia consiente la veneración pública de un individuo cristiano ya fallecido. Tal veneración, sin embargo, puede ser permisiva o preceptiva y puede ser local o universal. Se llama beatificación, cuando el decreto solo permite tal veneración (permisiva), o incluso puede obligar bajo precepto pero no concierne a toda la Iglesia, sino a una iglesia particular o a una comunidad o asociación religiosa (es local) y se llama canonización, cuando el decreto crea un culto que es para toda la iglesia (universal) y obligatorio (preceptiva). Al imponer esta obligación, el Papa puede y de hecho usa, uno de dos métodos:

1. Canonización formal: ocurre cuando el culto es prescrito como una decisión explícita y definitiva, después del proceso judicial debido y las ceremonias usuales en tales casos. Primero "se postula la Causa", el obispo diocesano y el postulador de la causa, normalmente transcurridos cinco años desde la muerte del candidato o candidata, recogen la información necesaria y presentan un informe a la Santa Sede sobre su vida y obras. Luego la persona es declarada "Siervo de Dios". La Santa Sede, por medio de la Congregación para las Causas de los Santos, examina el informe y dicta un Decreto diciendo que nada impide iniciar la Causa. Después la persona es declarada “Venerable”, con ello se demuestra que el candidato ha tenido una vida conforme al evangelio y el Papa por tanto declara sus "virtudes heroicas". Le sigue la beatificación, la persona es declarada "Beato" (requiere de un milagro atribuido a la intercesión del candidato, a menos que se trate de un mártir). Solo a partir de este momento se le puede ofrecer veneración pública, pero limitada a la Iglesia local o comunidad o congregación religiosa. Finalmente la canonización, la persona es declarada "Santa" (requiere de la autenticación de otro milagro o de un milagro en el caso de un mártir). Se le rinde culto en toda la Iglesia, se le asigna un día de fiesta y se le pueden dedicar templos y santuarios.

Nuestros Padres Juan
y Felix, fueron canoni-
zados según la forma
"Casus exeptus".
2. Canonización equivalente: se presenta cuando el Papa, omitiendo el proceso judicial y las ceremonias, ordena que cierto Siervo de Dios sea venerado en la Iglesia Universal. Se debe demostrar que el santo ha sido venerado desde mucho tiempo atrás, que sus virtudes heroicas (o martirio) y milagros han sido relatados por historiadores confiables y que la fama de su intercesión milagrosa está ininterrumpida. Ejemplos de tal canonización se encuentran con Benedicto XIV, cuando aprueba el culto de los santos Romualdo, Norberto, Bruno, Pedro Nolasco, Ramón Nonato, Juan de Mata y Félix de Valois, entre otros. Recientemente Benedicto XVI, utilizó este método para aprobar el culto de santa Hildegarda. Tales casos son una buena prueba de la precaución con la que procede la Iglesia en estas canonizaciones equivalentes.

En 1988, para celebrar su IV centenario, la "Congregación para las Causas de los Santos" publicó el Index ac status Causarum. Este libro y los suplementos que le siguieron, están considerados como el índice definitivo de todas las causas que han sido presentadas ante la congregación desde su institución.

Algunas posibles razones por las cuales el Santoral Trinitario no es tan amplio
Es imposible pensar que en ocho siglos de historia, la Orden Trinitaria no haya brillado por la santidad de sus miembros, por lo tanto descartamos la posibilidad de que la misma no haya dado más santos que aquellos que han sido reconocidos oficialmente por la Iglesia. Las circunstancias son otras y aquí enumeramos algunas posibles razones:

1. Falta de cronistas en los primeros cuatro siglos de la Orden. Al contrario de otras Órdenes surgidas en la misma época, la Orden Trinitaria no contó con cronistas que transmitieran las memorias de sus miembros más respetables a la posteridad. Algunos surgen hacia finales del siglos XV y la gran mayoría en el siglo XVI y XVII, pero a cuatrocientos años y más, desde la fundación de la Orden, no había mucho que decir por la falta de documentos y crónicas, de ahí que muchos de ellos recurren a las leyendas para narrar las vidas de los pocos santos cuyas memorias aún se recordaban o sencillamente de personajes probablemente inexistentes. Este argumento se basa sobre el hecho de que, aparte de los documentos oficiales de la fundación, es notoria la carencia de aquellos que hablen del modo de vida de los religiosos y de sus gestas.

2. El principal interés de los trinitarios era la redención de cautivos. Una de las principales razones -deduciéndolo de la simplicidad de la Regla-, podría ser, que los trinitarios, convencidos de su ser caritativo redentor, no contemplaban el uso del dinero para cosas diferentes a aquellas estipuladas por la Tertia Parts (División de los bienes en tres partes iguales: una para la Redención de Cautivos a causa de su fe, las otras dos para las obras de misericordia y el moderado sustento de los frailes). Por lo tanto, en vez de invertir dinero en libros y tintas, imágenes, lienzos, pinturas etc., lo dedicaban al rescate de los cristianos cautivos y/o a los pobres y peregrinos que acogían en sus hospitales. Puede que sea muy simplista mi apreciación, pero me resulta curioso que no hubieran, en los primeros siglos, religiosos preparados que colocaran por escrito las gestas de la Orden y de sus correligionarios.

Apoteosis de la Orden de la Santa Trinidad.
Colección trinitaria.
3. La falta de comunicación entre las provincias y/o las casas. Es importante tener en cuenta que en sus orígenes, a la Orden de la Santa Trinidad, le faltaba la conciencia de ser una institución supranacional -quizá porque nos encontramos en un tiempo de una conciencia de cristiandad, donde toda Europa “Occidental” era vista como una única realidad, a pesar del nacimiento de los Estados Nacionales-. Había trinitarios franceses, ingleses, españoles, portugueses, entre otros, así nos encontramos con nombres de frailes según su proveniencia:  Juan de Provenza, Miguel el español, Juan el inglés, Guillermo el escocés, Enrique el Alemán, etc., pero -al parecer- con muy escasa relación entre unos y otros. El sistema de administración de entonces era diverso al nuestro, cada casa era independiente, aún con el nacimiento de las Provincias, los frailes trinitarios estaban sujetos a su casa, de hecho hacían voto de estabilidad. A pesar de tener una casa en Roma, Santo Tomás in Formis, y de que san Juan de Mata murió en ella en 1213, la casa "general" siempre estuvo en Francia, desligada del resto de la Orden y, en ese entonces, no existía el papel de un procurador general ante la Santa Sede.

5. La pérdida de fuentes. Finalmente, pero no menos importante, las constantes persecuciones contra la Iglesia, y en ella la destrucción de numerosos conventos, propiedades y archivos de los religiosos trinitarios, a causa de las diferentes supresiones a partir del siglo XVI -especialmente en Inglaterra, Escocia e Irlanda donde no se recuperó nada-, hicieron que se perdieran documentos importantes sobre algunos personajes trinitarios que al parecer llegaron a tener culto público o fama de santidad.

Sea cual sea la razón, lo cierto es que los trinitarios de la antigua observancia, hasta los siglos XVI y XVII, al parecer, no se interesaron mucho -quizá siguiendo el ejemplo del Santo Fundador- o por aparecer delante de los hombres como modelos de santidad. Con la Reforma esto cambiaría, gracias a los escritos del Santo Reformador y de las crónicas de los trinitarios descalzos españoles. Fueron los descalzos quienes lograron la canonización (equivalente) de nuestros santos Padres Juan y Felix en 1666 y aunque los trinitarios de la antigua observancia llevaron a san Simón de Rojas a la beatificación, fueron los hijos de san Juan Bautista de la Concepción, quienes lograron su canonización.

Algo que desconocemos la gran mayoría de los trinitarios, es que son muchos los hermanos que nos precedieron, que murieron en olor de santidad. Debido al alto riesgo que conllevaba la redención de cautivos, numerosos fueron los mártires que nuestra Orden dio a la Iglesia en el nombre de Cristo. De hecho, junto a Nuestros Padres Juan y Felix, se hizo también el intento de obtener el culto inmemorial de algunos de ellos y de otros religiosos no mártires (comúnmente llamados confesores), pero como ya lo señalamos, la falta de crónicas y la dificultad de encontrar documentos, provocó la suspensión de los mismos.

San Juan de Mata y algunos otros santos
de la Orden. Imagen: Web Curia General.
Santoral Oficial de la Orden de la Santísima Trinidad
Enero:
7. San Juan de Ribera, obispo, cofrade.
13. Beata Francisca de la Encarnación, virgen y mártir.
22. San Vicente Palotti, presbítero, terciario.
28. Santa Inés, virgen y mártir, Patrona de la Orden.
Febrero:
4. Beata Isabel Canori Mora, terciaria.
14. San Juan Bautista de la Concepción, presbítero reformador
Marzo:
24. Beato Diego José de Cádiz, presbítero capuchino, cofrade.
Abril:
16.  San Benito José Labré, cofrade.
Mayo:
7. Traslado de las reliquias de San Juan de Mata.
11. Beato Domingo Iturrate, presbítero.
Junio:
8. San Miguel de los Santos, presbítero.
9. Beata María Ana Taigi, terciaria.
Agosto:
12. Beato Inocencio XI, papa.
25. San Luis, Rey de Francia, terciario
Septiembre:
12. Santo Nombre de María.
25. Beato Marcos Criado, presbítero y mártir.
28. San Simón de Rojas, presbítero. 
Octubre:
8. Nuestra Señora del Buen Remedio.
23. Santísimo Redentor.
Noviembre:
4. San Félix de Valois, presbítero, cofundador.
6. Beato Mariano de San José y compañeros mártires. Estos compañeros son:
Beato José de Jesús María.
Beato Juan de Jesús María.
Beato Juan de la Virgen del Castellar.
Beato Luis de San Miguel de los Santos.
Beato Melchor del Espíritu Santo.
Beato Prudencio de la Cruz.
Beato Santiago de Jesús. 
Beato Segundo de Santa Teresa. 
Beata María Francisca Espejo y Martos, virgen y mártir.
Beato Álvaro Cejudo, laico y bienhechor de la Orden.
A este grupo -me imagino- se unirán los mártires de Alcázar de San Juan, que posiblemente se beatificarán el próximo año, estos son: 
S.D. Hermenegildo de la Asunción.
S.D. Buenaventura de Santa Catalina.
S.D. Francisco de san Lorenzo.
S.D. Plácido de Jesús.
S.D. Antonio de Jesús y María.
S.D. Esteban de San José.
13. Todos los Santos de la Orden. 
14. Todos los Difuntos de la Orden.
Diciembre:
17. San Juan de Mata, Fundador.

Nuestros Padres Juan y Felix con san
Luis de Francia, santa Isabel de
Portugal, nuestro Padre san Juan
Bautista de la Concepción y otros santos
de la Familia. Foto: San Crisógono-Roma.
Santos o beatos tenidos en gran estima por su relación con la Orden
Santa Catalina, virgen y mártir. Antigua patrona de la Orden, junto con santa Inés.
San Fernando III rey de España, bienhechor.
Santa Isabel de Portugal, afiliada a la Orden.
San Cristobalito de la Guardia, niño mártir.

Venerables y Siervos de Dios
Venerable Tomás de la Virgen
Venerable Francisco de Asís Méndez Casariego, Presbítero y fundador de las Trinitarias de Madrid.
Venerable José di Donna, obispo de Andria (Italia) y misionero en Madagascar.
Venerable Felix de la Virgen.
Venerable Leonor Ramírez de Montalvo fundadora de las trinitarias de Florencia, agregadas a la familia trinitaria en 1974.
S.D. Ángela María de la Concepción, Reformadora.
S.D. María Teresa de la Santísima Trinidad, fundadora Trinitarias de Roma.
S.D. Mariana de la Santísima Trinidad, cofundadora Trinitarias de Madrid.
S.D. Ángela María del Sagrado Corazón de Auschwitz, trinitraria de Valencia.
S.D. Juan de San José

Mártires en proceso
Mártires de Argel: Bernardo de Monroy, Juan del Águila y Juan de Palacios.

A estos se les hizo proceso informativo pero sus causas quedaron estancadas:
Fr. Pablo Aznar, presbítero y mártir de la Confesión.
Fr. Antonino de la Asunción, Ministro General.
Sor María Serafia Hugon, trinitaria de Valance.
Cornelio O’Connor y Eugenio Daly, mártires irlandeses.
Francisco de los Ángeles
Pedro de Jesús, novicio.
María del Pilar de Blas, terciaria.

Iglesia de San Crisógono -Roma.
Algunos personajes trinitarios considerados "santos" en algunas crónicas.
En algunas crónicas de la Orden que datan especialmente del siglo XVI y XVII, mencionan indiferentemente con el título de santo o beato a los siguientes: 
San Juan Anglico, Ministro General.
San Guillemo Escoto, Ministro General.
San Roberto de San Juan, Protomártir de la Orden.
San Osberto de la Santísima Trinidad
San Gilberto Escoto
Beato Hugo de San Victor.
Beato Alejandro Sufocardo.
San Roberto de Kaneresburgo.
Beato Juan Cumino
San Martin el bueno
San Walter de Atharia I.
San Walter de Atharia II.
Beato Gilberto Escoto.
Beato Willelmo Rouse.
Beato Edmundo de Kaneresburgo
Beato Juan Rysby.
Beato Thomas Asbby.
Beato Nicolás de Telleforud.
Beato Ricardo de Aberdonia.
Beato Malaquías de Santa Cruz.
Beato Roberto Suye.
San Eduardo de Kaneresburg.
San Francisco Ramsey, obispo.
San Ricardo de Aberdonia.
San Sebastian Robes.
Beato Nicolás Gallus, Ministro General.
Santos Mártires ingleses, irlandeses y escoceses.
Beatos Mártires de Constantinopla.
Beato Enrique Alemán, fundador del monasterio de Constantinopla.
Santa Laura de san Pedro y sus 53 compañeras mártires de Constantinopla. De estas se conocen dos nombres: Santa Lucía de Santa Lucía y Santa Ángela del Santísimo Sacramento.
San Arturo, mártir en Persia.
San Patricio, mártir en Persia.
Beato Pedro de Corvilhon, mártir en India.
Beata Constanza de Aragón, Fundadora de las trinitarias de Avingaña.

Iconografía de diversos santos de la Orden Trinitaria, entre los
que se encuentran algunos no "oficiales" como san Arturo y san
Cristobalito de la Guardia. En el Santuario de Nuestra Señora
del Tufo en Rocca di Papa (Roma-Italia).

Varios de ellos se encuentran representados en pinturas e incluso esculturas, con la aureola (típica de los santos) y el título de santo o beato: como Roberto de San Juan, Juan Anglico, Guillermo el Escocés, Roberto de Kanesresburgo (venerado en algunas diócesis de Inglaterra y Estados Unidos) Pedro de Corvilhon (a quien veneran en la India como protomártir del cristianismo de rito latino), Laura de San Pedro y Arturo  (Estos dos han gozado últimamente de mucha fama en diversos sitios web y me he enterado de algunos que los veneran convencidos de su existencia y de su santidad).

Otros trinitarios y trinitarias que gozaron o gozan aún, de fama de santidad:
Finalmente, en la memoria de algunos queda el recuerdo de los siguientes trinitarios y trinitarias:
Isabel de la Santísima Trinidad, fundadora Trinitarias de Sevilla.
Sor María del Niño Jesús (Marichu), monja trinitaria de Laredo.
Fr. Juan Gil, redentor de Miguel de Cervantes.
Fr. Juan Fiumara, de Sicilia.
Fr. Alberto del Espíritu Santo, de Sicilia y martirizado en el Japón.
Fr. Angelo Tota, de Cerdeña.
Fr. Juan María Bun, de Cerdeña.

Que alguien me diga ahora, que la Orden no tiene de que gloriarse. Eso si, la gran mayoría no serán santos reconocidos oficialmente, un par de ellos existieron pero no fueron trinitarios y otros probablemente ni existieron, pero lo importante es que todos y cada uno, representan los esfuerzos de tantos trinitarios y trinitarias que han entregado sus vidas por dar gloria a Dios Trinidad y a los pobres y cautivos la libertad.

BIBLIOGRAFÍA
[ANGELO ROMANO DI SANTA TERESA], Sguardo Storico sull’Ordine Trinitario, Roma [1941].
D’ERRICO, Antony, The Trinitarians, an overview of their eicht hundred year service to God and humanity, [Roma] S.D.
ENCICLOPEDIA CATÓLICA (Enlace). Para quien quiera profundizar sobre el tema del proceso de beatificación y canonización.
HERNÁNDEZ, José, Espigando el patrimonio trinitario, [Roma 2001].
SÁEZ DE ALBÉNIZ, Antonio, Los santos beatos y venerables trinitarios en el “Index ac Status Causarum” de la Congregación para las Causas de los Santos, en: Diálogo, Portavoz de la Comunidad Trinitaria España Norte, mayo 2012 N° 77, pp. 57-60.
VILLEGAS, A. Flos Sanctorum, Historia General de la Vida, y Hechos de Jesu-Christo, Dios y Señor nuestro; y de los Santos, de que reza, y haze fiesta la Iglesia Catholica, Barcelona 1794.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Santísimo Redentor, Jesús Nazareno Rescatado

Jesús Nazareno Rescatado
o Cristo de Medinaceli de
Madrid.
En esta ocasión, ya que tengo dos preguntas relacionadas con la imagen de Jesús Nazareno Rescatado, intento dar respuesta a ambas en el mismo artículo.

1. Desde Benicasim (España) ¿No fueron acaso los capuchinos quienes han dado a conocer la imagen de Jesús Nazareno rescatada por los trinitarios? 
2. Desde Bogotá (Colombia) ¿Por qué en algunas páginas web, llaman al Rescatado, el Cristo de Medinaceli?

Jesús Nazareno Rescatado, conocido también como el Cristo de Medinaceli, o Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, o Santísimo Redentor (Según su fiesta litúrgica), es una imagen de Jesús de Nazaret que data de la primera mitad del siglo XVII y mide 1,73 metros de altura. Evoca el momento de su Pasión cuando Pilatos lo presenta al pueblo, conocido popularmente como el Ecce Homo. Se encuentra en la Basílica de Jesús de Medinaceli en Madrid (España), antiguo convento de los Trinitarios descalzos y en la actualidad regentada por los Frailes Menores Capuchinos. Se desconoce al autor, aunque según algunos expertos, parece que pertenece a la escuela sevillana del taller de Juan de Mesa. También se desconoce a quien pertenecía antes de llegar al fuerte de la Mámora y cómo fue que llegó a ese lugar de Marruecos (aunque algunos historiadores capuchinos aseguran que era propiedad de una antigua comunidad de su Orden en ese lugar).

Mámora de Marruecos
Conocida también en el siglo XVII por "Fuerte de San Felipe de la Mámora" y a partir de 1643 por San Miguel de Ultramar, es una ciudad marroquí fortificada, situada en las costas del Atlántico y perteneció a España desde el 7 de agosto de 1614 hasta el 30 de abril de 1681, cuando fue tomada y saqueada por un ejército de unos 80 mil moros. Los defensores españoles útiles para la lucha eran apenas 160 hombres. El resto de los habitantes, hasta 314, no estaban en condiciones de tomar las armas. Viendo la enorme desigualdad de las fuerzas, los españoles no tuvieron otra salida que capitular. Todos serían prisioneros a excepción de unos cuantos capitanes con sus esposas y dos religiosos Capuchinos que hacían de capellanes. Los soldados españoles fueron conducidos como prisioneros a Mequínez. Con ellos se llevaron también las imágenes y los objetos de culto.

Fueron rescatadas en la decimocuarta redención de los Trinitarios
Descalzos, 17 imágenes, de las cuales la más famosa es la de Jesús
Nazareno Rescatado, venerada hoy en su propio santuario en Madrid.
Los moros profanaron las imágenes
Los moros profanaron las imágenes, hicieron con ellas muchos ultrajes y escarnios, las pusieron ante su rey Muley Ismaín, quien las mandó arrastrar por las calles de Mequínez. Testigo de ello, fr. Pedro de los Ángeles, religioso trinitario descalzo, viendo las imágenes tan maltratadas, entre injurias y afrentas, llorando llegó al rey moro, ofreciéndose a su rescate. Le permitieron recogerla y guardarla, bajo la amenaza de que si no cumplía su promesa, le habían de quemar vivo. 

Decimocuarta redención de los Trinitarios Descalzos
Esta redención fue realizada por los padres fr. Miguel de Jesús y María, fr. Juan de la Visitación y fr. Martín de la Resurrección, quienes desde la ciudad de Ceuta (al norte de Marruecos y perteneciente hasta hoy a España), dieron libertad a 211 cautivos de Mequínez, Fez y Tetuán. Con ellos, rescataron también las 17 imágenes.

Fresco en la iglesia de la Trinidad de
Algorta (España) que representa la leyenda
del Rescate. Foto: Fr. Sergio Pereira O.SS.T.
La principal de las 17 imágenes rescatadas era la de Jesús Nazareno, fueron llevadas a Ceuta, donde salieron a recibirlas las autoridades españolas de la plaza. Según una leyenda tardía, la imagen de Jesús Nazareno sería pagada por el peso de la misma en monedas de oro o plata -según quien la cuente-, la colocaron en una balanza y milagrosamente no pesó más que treinta monedas (clara alusión bíblica). Lo cierto es que los documentos dicen que cada imagen fue pagada por su justo precio. Las llevaron en procesión a la iglesia de los Trinitarios descalzos de Ceuta. Allí se cantó un Te Deum. Esto sucedió en el mes de enero de 1682. Luego fueron trasladadas a España.

Desagravio de las imágenes en Madrid
Luego de pasar por varias ciudades en el sur de España, llegaron las sagradas imágenes a Madrid, al convento de los trinitarios descalzos. El Ministro General de la descalzos, fr. Antonio de la Concepción dispuso la celebración de tres días de fiestas, con procesiones, misas, sermones y exposición del Santísimo, para la reparación (desagravio) de las imágenes. Se adornaron con riquísimas joyas y a todas se les impuso el escapulario trinitario en el pecho, como se suele hacer con los rescatados. En el altar central de la iglesia conventual se colocó la imagen de Jesús Nazareno y las otras imágenes se repartieron con orden  y proporción del altar.

Rescatado de Varsovia.
(Polonia).
La imagen de Jesús Nazareno se queda con los trinitarios
La imagen de Jesús Nazareno se quedó en el convento la Encarnación, de los trinitarios descalzos de Madrid, donde se colocó en altar particular. Los madrileños comenzaron a llamarle "el Rescatado". La afluencia de los devotos, hizo necesaria la construcción de una nueva capilla. En 1686 concedieron los Duques de Medinaceli un solar para construir la capilla, convirtiéndose en los patrones de la misma, pero a causa de la multitud de los devotos, a esta donación siguió otra en 1716, de un nuevo terreno para su ampliación. En 1723, el convento cambió el nombre por el Jesús Nazareno.

Los trinitarios propagan su devoción
En el siglo XVIII, los trinitarios se encargaron de propagar la devoción de Jesús Nazareno Rescatado. En todas sus casas prendió con fuerza esta devoción, tanto en España como en en Alemania, Polonia, Hungría, Austria e Italia. Incluso en 1705 se habla de una capilla construida en su honor en Vilna (Lituania) y otras tantas en las Indias Occidentales (América). En España son dignas de mención las réplicas que se hicieron en Sevilla, Alcázar de San Juan, Valencia, Alcalá de Henares, Toledo, Málaga, Granada, Algorta, Villanueva del Arzobispo y Andújar. Entre todas resalta la imagen venerada en el convento de Santa María de Gracia de los trinitarios de Córdoba, fabricada en 1713. Aún sobreviven en la Península, muchísimas cofradías cuyo titular es Jesús Nazareno Rescatado, las cuales jugaron un papel muy importante en la expansión de su culto.

En algunas iglesias de Roma se puede apreciar la imagen del Rescatado, adornada con escapulario trinitario. Es de notar que fue una devoción muy sentida en el siglo XVIII y una de sus más grandes devotas fue la beata Isabel Canori Mora, la imagen de su pertenencia se encuentra junto a sus restos en la iglesia de San Carlino de las Cuatro Fuentes en Roma.

Imagen venerada en
Vilna (Lituania).
Aunque los trinitarios no tuvieron comunidades en América sino hasta finales del siglo XIX, la presencia de las monjas trinitarias en Lima (Siglo XVII) y algunos obispos trinitarios en el "Nuevo Mundo", llevaron consigo la devoción a Jesús Nazareno, de hecho el padre fr. Eusebio del Santísimo Sacramento (gran propagador de su culto), habla de esculturas, estampas y medallas de dicha devoción en las Indias Occidentales. Con la llegada de los trinitarios al continente americano, especialmente a inicios del siglo XX, la devoción del Rescatado, fue una de las más aceptadas y valoradas por la población. Son muy famosas las imágenes de Buenos Aires, Hernando y Villa María en Argentina, Lima en Perú, y San Carlos de Ñuble y Santiago de Chile, en esta última se levanta un majestuoso templo en su nombre.

Con las nuevas presencias los trinitarios siguen llevando consigo la devoción del Rescatado. El Laicado Trinitario de Bogotá (Colombia) le tiene como titular. En Madagascar, Polonia y México es muy sentida esta devoción entre los internos en las cárceles y el SIT, Solidaridad Internacional Trinitaria, organismo general de la Orden, ha reservado el 23 de cada mes (por la fiesta del Santísimo Redentor el 23 de octubre), como día dedicado a la oración por los cristianos perseguidos a causa de su fe en Cristo, quienes padecen en carne propia los mismo ultrajes que Jesús y su sagrada imagen "padecieron".

Rescatado que veneraba la beata
Isabel Canori Mora. Actualmente
se encuentra en la iglesia de San
Carlino en Roma.
Culto litúrgico
Clemente  XII aprobó el 10 de diciembre de 1733 unos estatutos de los trinitarios descalzos, que dividían la Orden en dos familia, la hispana (que comprendía las provincias españolas y toma como titular al Santísimo Redentor) y la extrahispánica (provincias de Polonia, Italia y el imperio Austro-húngaro, cuyo titular era la Madre del Redentor). Al ser el titular de la familia hispana, el Santísimo Redentor se celebró desde un principio con gran solemnidad en los conventos trinitarios descalzos de España

El 22 de octubre de 1734 la Sagrada Congregación de Ritos concedió al convento de los trinitarios descalzos de Venecia, el oficio y misa del Redentor. Luego el 11 de diciembre del mismo año, lo concedió para toda la Orden descalza y en 1735 señaló su celebración para el 23 de octubre. Los trinitarios descalzos, identificaron desde siempre, esta fiesta del Redentor como la fiesta de Jesús Nazareno Rescatado, de tal modo que la S. C. de Ritos el 16 de marzo de 1833 la señala dos veces (23 de octubre para Roma y el primer domingo de septiembre para España) con la expresión Fiesta del Santísimo Redentor Jesús Nazareno. Con la unión de los Trinitarios en 1900 se conservó el 23 de octubre como fecha para la celebración de la Fiesta del Santísimo Redentor. Actualmente hay concedida indulgencia plenaria para toda la familia trinitaria que con las debidas normas (confesados y comulgados) visiten una iglesia de la Orden el día 23 de octubre.

Rescatado de Córdoba (Esp).
Foto: F. G. SanMiguel.
Supresión de los trinitarios en España y pérdida del convento de Madrid
En 1808, los franceses, al mando de Napoleón Bonaparte invaden Madrid. En 1810, el rey José Bonaparte decretó la supresión de todas las ordenes religiosas y obligó a los trinitarios, como a todos los religiosos, a abandonar su convento. Para evitar profanaciones, trasladaron la imagen del Rescatado a la Iglesia Parroquial de San Martín. En 1814 vuelve a la iglesia de los Trinitarios, hasta que el 16 de marzo de 1836 suprimida nuevamente la Orden Trinitaria por las leyes de Mendizábal y a requerimiento de la real e ilustre Esclavitud de N. P. Jesús se traslada la imagen de Jesús a la parroquia de San Sebastián de la Villa de Madrid, evitando que la imagen pasase al convento de los Trinitarios calzados de Atocha, convertido en un almacén destinado a deposito de imágenes y objeto religiosos incautados. Hasta 1835, los Trinitarios descalzos regentaron la capilla, cuando fueron exclaustrados. De echo siguieron siendo capellanes. 

En diversas manos hasta llegar a los capuchinos
A finales de Diciembre de 1845, el duque de Medinaceli, apoyado por las religiosas Concepcionistas de Caballero de Gracia, que en ese momento habitaban el antiguo convento Trinitario, solicita al Ministro de Gracia y Justicia el que vuelva la imagen a su antigua capilla. A pesar de oponerse a dicha petición la Esclavitud, el 18 de abril de 1846, la imagen de Jesús se traslada desde la parroquia de San Sebastián a su capilla en el antiguo convento de los Trinitarios. En este convento, ya no habitan los Trinitarios sino que desde 1845 hasta 1895, son diferentes congregaciones religiosas las que en el residen. 

Imagen venerada en la
iglesia de Jesús Nazareno
de Santiago de Chile.
Foto: El Arte de la Iglesia.
De las crónicas de ese tiempo se percibe que el culto al Jesús Nazareno del Rescate (el de la imagen original en Madrid) va decayendo. Los Trinitarios no se habían repuesto aún del golpe de las supresiones. Ante esta situación los Duques de Medinaceli, en conformidad con los deseos del Señor Obispo de Madrid, deciden poner al frente y servicio de la iglesia de Jesús Nazareno a los Padres Capuchinos, efectuándose la posesión de dicha iglesia el día 7 de julio de 1895. Desde esta fecha la imagen de Jesús va recuperando el culto, la devoción y el fervor por parte del pueblo madrileño, quienes a partir de entonces, comenzaron a llamarle el Cristo de Medinaceli (con esto creo responder a la segunda pregunta, aunque como leímos anteriormente, la vinculación de los Duques de Medinaceli con la imagen, data desde los primeros años de la presencia de la misma en Madrid). La actual basílica fue construida en 1930. Durante la guerra civil la imagen estuvo en diversos lugares de España, Francia y Suiza, para evitar que se perdiera en manos de los comunistas.

Como se deduce de esto último, los capuchinos fueron una pieza fundamental para la restauración y el cuidado del culto del Cristo de Medinaceli de Madrid. Sin embargo toda la devoción que gira al rededor de la imagen y la propagación de su culto en otras partes del mundo, bajo el título de Jesús Nazareno Rescatado, Cristo del Rescate o Santísimo Redentor, guardan estrecha relación con la devoción que los trinitarios y trinitarias (religiosos, monjas, religiosas, laicos y/o terciarios) manifestaron y siguen manifestando desde sus conventos e iglesias.

Fuentes
ALEJANDRO DE LA MADRE DE DIOS, Chronica de los Padres Descalzos de la Santísima Trinidad, Madrid 1707.
CURIEL, Arturo, El Rescatado de Antequera, [Málaga S.D.]
DOMINGO DE LA ASUNCIÓN, La milagrosa imagen de Jesús Nazareno, llamada de Medinaceli, y la Orden Trinitaria, en El Santo Trisagio XVI [1928].
EUSEBIO DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO, Novena de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Madrid 1705.
FERNÁNDEZ, Domingo, Historia del Cristo de Medinaceli, León [1982].
MELCHOR DEL ESPÍRITU SANTO, El Diamante Trinitario, Madrid 1713.
PORRES, Bonifacio, Jesús Nazareno Rescatado en su tercer centenario (1682-1982), Córdoba 1982. Libro sobre el cual baso la mayor parte de los datos históricos del artículo.
RAFAEL DE SAN JUAN, De la Redención de Cavtivos... Madrid 1686.
SATURNINO DE LA TRANSFIGURACIÓN, Devocionario Trinitario, Madrid 1909.
WITKO, Andrea, Gesù Nazareno Riscattato, Napoli [1999].

domingo, 14 de octubre de 2012

Santo Niño de La Guardia

Afirman desde Toledo (España)
Los trinitarios os habéis adueñado del Santo Niño de la Guardia.

Antes de dar alguna respuesta a esta curiosa afirmación, en primer lugar intentaré ambientar a las personas que desconozcan a este polémico personaje, el Santo Niño de La Guardia, llamado por muchos san Cristobalito y por otros san Juan Cristóbal.

Datos sobre san Cristobalito de La Guardia
Rapto del Santo Niño de la
Guardia. Claustro de la catedral
de Toledo. Frescos de Francisco
Bayéu. 1782.
Según los documentos del proceso contra los culpables del asesinato del Santo Niño de la Guardia, solo se sabe que nació en la ciudad de Toledo y fue bautizado en la iglesia de San Andrés (España). Más tarde, algunas declaraciones, dicen -sin más- que sus padres fueron Alonso Pasamontes y Juana la Guindera. En realidad la figura de este niño, pasó casi que desapercibida desde su nacimiento hasta su muerte y al parecer los católicos del lugar le llamaron Cristóbal porque su muerte fue similar a la de Cristo.

La situación de los judíos en la España del siglo XV
Nos encontramos en los tiempos de la reconquista del sur de España, en la época de los reyes católicos, el nacimiento de la inquisición española, la expulsión de los musulmanes y más tarde de los judíos. Cristianos y musulmanes luchaban entre si, a causa de la reconquista de sus territorios por los primeros y la implantación del islam en el orbe por los otros. Los judíos se encontraban en medio de estas guerras, generalmente, ellos no tomaban parte en estas, pero si que se veían sometidos por cristianos o musulmanes, según el territorio donde se encontrasen.

Los judíos se dedicaban al comercio y a las finanzas, en las naciones cristianas, aquellos que se convirtieron al cristianismo llegaron a ser muy poderosos, pero buena parte de estas conversiones no eran sinceras, simplemente se veían obligados a renunciar públicamente a su fe, por causa de la persecución que pesaba sobre ellos. Esta situación generó un resentimiento general de parte de los conversos, por esta razón, cuando salían de tierras cristianas y lograban estar en otros lugares, renegaban de Cristo y volvían a su antigua fe. Pero aquellos que no podían hacerlo y permanecían en naciones de la cristiandad, mantuvieron en secreto sus reuniones de culto judío.

Grabado del siglo XVIII que representa
los tormentos sufridos por el Santo Niño
en manos de sus verdugos.
Un mundo de supersticiones y de falsas acusaciones
En este contexto, la sociedad se veía afectada -entre otras cosas- por la superstición. Era el tiempo de las cazas de brujas, endemoniados, hechizos, aseguranzas, amuletos, etc. En muchas ocasiones los cristianos se basaban en hechos ficticios para culpar a los judíos, pero esto no quiere decir que todas las acusaciones fuesen falsas, ni que no hayan existido realmente malos judíos, como habían igualmente malos cristianos.

La ¿leyenda o historia? de Cristobalito
En el sur de Francia se corrió la voz de que algunos supuestos conversos del judaísmo, que creían en supersticiones, decían que con el corazón de un niño cristiano y una hostia consagrada, machacados y conjurados, podían envenenar las fuentes y los ríos, logrando así la muerte de todos los cristianos, especialmente de sus gobernantes y de sus inquisidores. Por esta razón hubo una fuerte persecución contra ellos en ese país. Precisamente, huyendo de Francia, un tal Benito García de las Mesuras, llegaría a España y encontraría alojo en las familias judías y poderosas de Toledo, radicándose en el pueblo de La Guardia. Según, él sería quien incitaría el fervor de algunos judíos y conversos de la región, con sus supersticiones.

Crucifixión del Santo Niño.
Claustro de la catedral de Toledo.
Fresco de Francisco Bayéu. 1782.
Un caso bien registrado. Independientemente de que la historia sobre el niño secuestrado en Toledo y asesinado en La Guardia, sea considerada verdadera o no por algunos autores -incluso cristianos-, no se puede desconocer el hecho de que es uno de los pocos casos de sacrificios rituales con niños cristianos de la época, que más documentación presenta.

Los documentos sobre el caso del niño de La Guardia, cuentan que Benito García de las Mesuras, convocó a una reunión secreta de los judíos de la región de Toledo, provenientes de la Guardia, Tembleque y Quintanar, entre los cuales se encontraba, Juan Franco, quien odiaba a los cristianos y se encargaría de armar toda una trampa, para robarse un niño cristiano. En dicha reunión concertaron que el lugar del sacrificio del niño, sería La Guardia.

Secuestro y "martirio". Juan Franco encontró un niño cristiano, de 3 a 4 años de edad, que estaba jugando junto a la puerta del Perdón, de la ciudad de Toledo, mientras su madre, que era ciega, se encontraba en oración. Sin darse cuenta ésta, Juan Franco a punta de engaños secuestró al pequeño.

Los que habían planeado el asesinato del niño, fueron a una cueva  de La Guardia, donde le torturaron, lo crucificaron y luego le sacaron el corazón. Esto fue, supuestamente, el Viernes Santo del año 1491.

Curiosa representación
mexicana del Santo
Niño. Museo Nal del
Virreinato.
Algunos días después, los asesinos se juntaron secretamente para concertar el conjuro contra los cristianos, utilizando el corazón del niño y una hostia consagrada (robada por un sacristán), pero sus invocaciones no ocasionaron la muerte de nadie, más que el “vano” sacrificio de Cristobalito.

Arresto y juicio de los asesinos. Benito García llevó consigo el corazón y la hostia de camino a Zaragoza, donde se supone habían unos más expertos en esta clase de conjuros, pero a su paso por la ciudad de Ávila fue detenido por la policía, a causa de su sospechosa actuación. Interrogado por el Santo Oficio, reveló lo que él y sus secuaces habían hecho con el niño. Contó con lujo de detalles la pasión y muerte de Cristobalito. Los guardias fueron hasta Toledo, para apresar a los cómplices.

El tribunal de la Inquisición, sentenció a los asesinos del niño, los mismo documentos narran que dos de ellos, Juan de Ocaña y Juan Franco se convirtieron en el lecho de muerte, confesando sus culpas y arrepentidos de su pecado y delito. En los archivos de Toledo se conservan las actuaciones del tribunal del proceso contra los culpables. Desgraciadamente para el resto de la comunidad judía, crímenes como este, que no son fáciles de juzgar, fueron alimentando una fuerte mentalidad anti judía, que acabó con la expulsión de los judíos de España en 1492.

San Cristobalito de la Guardia, trinitario
A manera de respuesta.
Es menester aclarar que una tradición no es un invento que sale de la nada, es la construcción que resulta de la transmisión oral de una generación a otra, de unos hechos concretos maquillados con narraciones muchas veces fantásticas. Por lo cual no podemos apresurarnos a tildar de mentira aquello que nos parece inverosímil, sino que debemos intentar buscar el verdadero sentido de aquello que dio paso a la leyenda. Teniendo en cuenta esta afirmación, es injusto tildar a los trinitarios de adueñarse de la historia del Santo Niño de La Guardia, cuando han sido precisamente ellos los que se encargaron de justificar y propagar su culto. De hecho, aun hoy, cuando los trinitarios no lo tienen en su calendario litúrgico, todo lo que se diga al respecto de este niño, sigue teniendo un matiz trinitario.

Ermita del Santo Niño en La Guardia - Toledo (España). Trinitarios
ilustres como san Simón de Rojas y san Juan Bautista de la Concepción
fueron conventuales en La Guardia, desde donde se atendía esta ermita.
El sacerdote toledano José López, en su blog en "Religión en libertad", dice que diez años después del "martirio" (es decir aprox. en 1501), el Cardenal Pedro González de Mendoza hizo pintar un cuadro del Santo Niño con el hábito trinitario. Además, el santuario de Toledo dedicado al Santo Niño, pasó a manos de los trinitarios en 1587, lo que originó que se extendiera su devoción en el interior de las casas trinitarias españolas. Dando paso a la "trinitarización" de la historia.

Según una antigua tradición de la Orden los padres de Cristobalito frecuentaban la iglesia de los trinitarios de San Marcos de Toledo y el Santo Niño nacería el 17 de diciembre (fiesta de san Juan de Mata) de 1487. Cuando tenía dos meses de nacido fue liberado de una epilepsia por intercesión de san Juan de Mata, de ahí que su madre lo ofreció a la Santísima Trinidad y en los días de fiestas principales le vestía con el hábito trinitario. De hecho, continúa la tradición, el día del secuestro el niño iba vestido con ese hábito (Era costumbre muy antigua que algunos padres consagraran a sus hijos a la Trinidad y le vistieran de hábito trinitario, esto lo hacían especialmente si eran terciarios trinitarios).

Escultura en madera policromada
que representa al Santo Niño
con hábito trinitario. La Rambla.
Autor: Juan de Zalazar. 1767.
Lo cierto es que en el lugar del martirio se construyó una ermita que hasta hoy está presidida por el Santo Niño y en la fachada de la misma se puede ver una gran cruz trinitaria. Los Trinitarios, que tenían un convento en La Guardia, fueron capellanes de dicha ermita y era custodiada por dos o tres religiosos. Entre los guardianes más famosos se encuentran san Simón de Rojas, el cuál profesaba una gran devoción al Santo Niño y fue uno de sus más grandes propagadores, y san Juan Bautista de la Concepción, que durante los primeros años de su ministerio fue predicador de La Guardia, elegido como tal en el capítulo provincial de los trinitarios de Castilla de 1589.

La mayor parte de las narraciones sobre la vida de Cristobalito fueron compuestas por los trinitarios. Fr. Francisco de la Vega y Toraya, cronista de la Orden del siglo XVIII, narra los muchos milagros obrados por intercesión del Santo Niño de La Guardia, donde cuenta en algunos de ellos, de apariciones del Santo Niño vestido con el hábito trinitario.

El papa Pío XII aprobó la misa y el oficio de san Cristobalito de La Guardia para la diócesis de Toledo el 9 de agosto de 1806. El 20 de septiembre de 1809 los procuradores generales de las ramas calzada y descalza pedían y obtenían la misa y el oficio para toda la Orden incluidas las monjas.

En la actualidad la diócesis de toledo celebra su memoria el 25 de septiembre, todos los sacerdotes deben decir misa, de rito doble, del pequeño mártir, se visten con ornamentos rojos. La Orden ha excluido la fiesta de su calendario, pero aún así según el religioso trinitario fr. José Hernández, en algunas partes goza de simpatía y veneración entre los grupos de niños del laicado trinitario. El laicado trinitario de Puerto Rico, tiene una fundación, a nombre de san Cristobalito de La Guardia, por medio de la cual, lleva a cabo proyectos sociales trinitario redentores y la parroquia san Juan Bautista de la Concepción de Madrid tiene un coro de niños que lleva su nombre.
Curiosa medalla del "beato" Simón de Rojas y san Cristobalito de
La Guardia con el hábito trinitario. Probablemente del siglo XIX.
Fuente: Foro Cruces y Medallas.

Nota aclaratoria: En 1969, la reforma litúrgica sacó a muchos santos del calendario universal y añadió a otros. Hay que aclarar que los santos que están fuera del calendario universal siguen siendo venerados en las diferentes regiones donde son más conocidos, es decir, ellos no han dejado de ser santos ni la iglesia los rechaza (no existe -que yo sepa- el proceso de des-canonización). Algunos criterios que motivaron los cambios del calendario universal son: resaltar las fiestas del Señor y de la Virgen, presentar santos cuyas vidas son mas conocidas históricamente y no solo por tradiciones o leyendas, añadir santos de todos los continentes y añadir santos recientes cuyas vidas son de gran inspiración para los cristianos de hoy.

Bibliografía
CARO, Julio, ¿Magia negra o mitomania antisemita? En: Los judíos en la España moderna y contemporánea, 1, Madrid 2000. Interesante argumento sobre la posible validez del caso del Santo Niño de La Guardia desde una posición objetiva.
GUZMÁN, Antonio de, Historia del inocente trinitario el Santo Niño de la Guardia..., Toledo 1720.
HERNÁNDEZ, José; Espigando el patrimonio trinitario..., [Roma 2001].
LÓPEZ, Jorge, El Santo Niño de La Guardia, En: Religión en Libertad. Enlace.
MARTÍNEZ, martín; Historia del martirio del santo niño de La Guardia, Madrid 1866.
MORENO, Joseph, Niño Gigante..., Zaragoza 1594. Este religioso trinitario narra ya la tradición que dice que al momento del martirio el niño portaba el hábito trinitario.
MORENO, Luis; San Cristóbal de La Guardia, En: Santos y beatos de Toledo, Toledo 2003.
PÉREZ, Joseph; El caso del santo niño de La Guardia, En: Los judíos en España, Madrid 2005. En este caso para contrarrestar la historia.
SARABIA, Ramón, El santo niño de La Guardia, Madrid 1955.
TEODORO DELLA S. FAMIGLIA, San Cristóbal de La Guardia, En: Enciclopedia dei Santi, IV, 
VEGA Y TORAYA, Francisco; Vida breve y martyrio prolongado de nuestro Santo Niño de La Guardia... En: Chronica de la Provincia de Canstilla, León y Navarra... 2, Madrid 1723.

lunes, 8 de octubre de 2012

Nuestra Señora del Buen Remedio

Desde los orígenes de la Orden
los trinitarios han expresado una
devoción especial a la Virgen María.
Foto: Libro el Santo Trisagio
Preguntan desde Riohacha (Colombia) Nuestra Señora del Remedio, del Buen Remedio o de los Remedios. ¿Son todas las mismas?

Origen y significado de la palabra Remedio
A manera de respuesta:
La palabra Remedio viene del latín: Remedium, que etimológicamente significa medicina, medio de curar y sanar, lo que restablece la salud; y en sentido figurado indica cuanto sirve para las enfermedades del alma. La advocación de Nuestra Señora del Remedio, conserva y retiene ese doble significado.

Según el religioso trinitario fr. Bonifacio Porres, la advocación del Remedio no es unitaria, y pudo comenzar a la vez e independientemente en diferentes lugares, las cuales coinciden solo en título, pero en muchos casos narran historias y leyendas propias, como sucedió con otras advocaciones marianas. Pero cuando se habla de la Patrona de la Orden Trinitaria y de los lugares a donde tradicionalmente ha llegado esta devoción por el apostolado de los religiosos de dicha orden o de los fieles o cofradías relacionadas con ellos, se le puede encontrar ya sea en singular: del Remedio (Como en Cataluña), en plural: de los Remedios (Algunos lugares de España) o acompañado de adjetivo: del Buen Remedio (como en Francia e Italia).

Es menester aclarar que en otros lugares, especialmente en España, se han "trinitarizado" muchas imágenes de la Virgen del Remedio (o de los Remedios), cuyo origen no guarda relación alguna con la Orden de la Santísima Trinidad.

Los datos propiamente históricos más antiguos que se tienen sobre éste título son del siglo XV, pero posiblemente el nacimiento del mismo se ubica un siglo antes. Aunque existen imágenes del Remedio que iconográficamente pertenecen a los siglos XII y XIII, no consta que hayan recibido esa denominación en sus orígenes. Es muy corriente que imágenes antiguas de la Virgen María, sin título especial, lo recibieran en tiempos más modernos.

Entre los defensores del dogma
de la Inmaculada Concepción,
resaltan trinitarios ilustres como
Robert Gaguin. Foto: detalle de
la Coronación, oratorio de los
trinitarios de Algorta-España.
Devoción mariana de los primeros trinitarios
Desde los años fundacionales de la Orden Trinitaria (1194), la devoción a la Virgen María ha sido uno de los pilares fundamentales de su espiritualidad. La corta Regla (aprobada en 1198), escrita por san Juan de Mata menciona dos fiestas especiales para la Iglesia y que los trinitarios celebraban con particular devoción, a saber: la Asunción y la Purificación de la Virgen y a partir de 1262 rezaban el oficio votivo de la Virgen, todos los sábados. En el siglo XV, encontramos a trinitarios entre los defensores del dogma de la Inmaculada Concepción, como fr. Robert Gaguin, Ministro General de 1473 al 1501.

Al parecer ya desde los orígenes de la Orden, como aparece en los ceremoniales, cada mañana se cantaba misa en honor de la Virgen, además del Oficio ya mencionado, se rezaba el Oficio Parvo de la Virgen. Muy pronto se fueron añadiendo el rosario, la salve cantada los sábados y vigilias de las Festividades marianas, las letanías, etc.

El Breviario de la Orden impreso en Valencia en 1519, conmemora diez fiestas marianas, a saber: Inmaculada Concepción, Expectación, Purificación, Transfixión (Dolores), Anunciación, Visitación Nieves, Asunción, Natividad y Presentación. 

Sin embargo, a pesar de los datos anteriores, no se tienen noticias históricas específicas de la devoción a la Virgen del Remedio en los primeros tiempos de la Orden, pero se sabe que desde muy antiguo los trinitarios han expresado una predilección hacia la misma.

La Virgen entrega a san Juan
de Mata la bolsa con monedas
y a san Felix unos escapularios.
Foto: Oleo sobre lienzo, en el
convento de Córdoba-España.
Dos leyendas fruto de la devoción mariana de los trinitarios del siglo XVI
Según una tradición de la Orden, posiblemente producto de la piedad popular de los trinitarios del siglo XVI y del deseo de comprobar que desde los orígenes se ha venerado a la Virgen con el título del Remedio; en un momento en que san Juan de Mata se encontraba haciendo una redención, no podía rescatar a todos los cristianos, pues le hacía falta dinero. Se encomendó a la Madre de Dios y ella misma, se le apareció en persona y le entregó una bolsa de monedas con las que pudo comprar a todos los esclavos y luego darles la libertad en tierras cristianas.

Una leyenda más tardía, asegura que fue la misma Virgen quien le ofreció a san Juan de Mata y a san Feliz de Valois el escapulario de la Orden de la Santa Trinidad.

Independientemente de lo subjetivas que puedan llegar a ser estas leyendas, han sido ellas las que han marcado en gran parte la iconografía de la Virgen del Remedio. 

Nuestra Señora del Remedio
de Titaguas (Valencia-España).
Foto: cortesía de Don Angel Estecha.
Datos históricos sobre la devoción a la Virgen del Remedio
El dato más antiguo que se ha encontrado se refiere a una capilla del convento de Jaén, donde se hallaba fundada una cofradía que se hermanó con otra de Nuestra Señora de las Virtudes el 4 de febrero de 1482, y que desaparecida más tarde, se restableció a fines del siglo XVII.

Los conventos de Ronda y Valencia fueron fundados en 1504 y 1505 respectivamente, en ermitas dedicadas ya a la Virgen del Remedio o de los Remedios. El convento de Valencia adquiriría una gran importancia en la historia de la Orden, al punto que pasó a ser la la sede del Provincial de la Provincia de Aragón.

Antes de 1571 había en la Orden cinco conventos conocidos bajo el título de Nuestra Señora del Remedio o de los Remedios, tres de los cuales fueron fundados en ermitas ya dedicadas a esta advocación: Valencia, Ronda y Fuensanta, y los otros (Cuenca y la Rambla) cambiaron su precedente título por el del Remedio. Existían también una capilla en Salamanca y otra en Barcelona y cofradías en Jaén, Sagunto y Zaragoza, que llevaban el título. 

La Virgen del Remedio y la batalla de Lepanto
En muchos santuarios y varias advocaciones fue invocada la Virgen María para que intercediese ante Dios en favor de la Cristiandad amenazada por los turcos, la más popular de todas es la de Nuestra Señora del Rosario, cuya celebración es el 7 de octubre. Obviamente los trinitarios valencianos y sus amigos y bienhechores, se encomendaron a su patrona: la Virgen del Remedio.
Por el Nombre de María del Remedio, recuerdo de la Victoria de
los cristianos sobre los trucos en Lepanto.
Don Juan de Austria, general de las tropas cristianas, el día 7 de octubre de 1571, momentos antes de dar la batalla a los turcos en el golfo de Lepanto, y por indicación de Miguel de Moncada, virrey de Valencia y patrón del convento trinitario, invocó a la Virgen del Remedio. Al obtener la victoria, agradeció a la Virgen, donando 200 doblas de oros y una riquísima aljuba turca al convento de los trinitarios. El papa Gregorio XIII el 3 de septiembre de 1575, concedió a esa iglesia la celebración para el 7 de octubre.

Los Trinitarios de Aragón "Apóstoles de la Virgen del Remedio"
Después de la victoria de Lepanto, se aumentó el entusiasmo por la advocación del Remedio. En acción de gracias por ella, se erigieron cofradías en Valencia (1572) y Palma de Mayorca (en 1574), ciudades que pertenecían a la corona de Aragón y por ende a la provincia trinitaria del mismo nombre. Por influencia, especialmente del convento de Valencia, se fueron multiplicando las capillas y cofradías en las iglesias de la Orden.

Gracias a la labor de los
trinitarios de Aragón, el
culto de la Virgen del Remedio
se propagó a toda la Orden.
Con el tiempo, la devoción se afianzó y tomó cuerpo en la Orden. Desde 1620, a la cofradía que normalmente se llamaba de la SS. Trinidad se le añadió: y del Buen Remedio. Comienzan a redactarse devocionales, manuales, novenas e historias de la advocación, apoyados por personajes ilustres de la Orden como fr. Bernardino de San Antonio  fr. Pablo Aznar y fr. Domingo López, quienes poco a poco dan paso a las "tradiciones" sobre el culto primitivo de la Virgen del Remedio. Es en este contexto donde nacen las leyendas sobre la aparición de la Virgen a san Juan y san Felix.

En el capítulo general de Roma del 18 de mayo de 1688, el nuevo ministro general fr. Antonio Pegueroles (hasta entonces provincial de Aragón), definió a la Virgen del Remedio como Patrona de la Orden Trinitaria. A su vez se convirtió en patrona de la Provincia de Aragón.

Con fecha del 12 de julio de 1727, alcanzaron los trinitarios calzados de la S. Congregación de Ritos, facultad para rezar el oficio de Nuestra Señora de las Nieves en honor de la Virgen del Remedio el segundo domingo de octubre. Aunque por un pleito con los Mercedarios, se revocó el documento que daba tal autorización, los trinitarios siguieron celebrando la fiesta en sus conventos, de manera particular el 7 o el segundo domingo de octubre.

Los trinitarios se encargaron de transmitir la devoción fuera de los propios conventos, e implantaron su culto en muchos lugares, por medio de la cofradía de la SS. Trinidad y de la Virgen del Buen Remedio, llegándose a venerar en Bélgica, Aragón, Italia, Andalucía, Castilla y Francia.

Nuestra Señora de Gracia,
convento de Alcazar de San
Juan. Foto: fr. Sergio Pereira.
Los Trinitarios descalzos y la Virgen del Remedio
Recordemos que a partir de 1599, la historia de la Orden se divide entre los trinitarios de la antigua observancia (calzados) y los trinitarios descalzos (de san Juan Bautista de la Concepción en España). Los trinitarios descalzos veneraban a Nuestra Señora de Gracia, en vez de la Virgen del Remedio, que se había popularizado entre los calzados. 

Cuando se unieron a la descalzos españoles, los conventos de Livorno y Turín, en Italia, y el Foucon en Francia, pertenecientes hasta entonces a los descalzos franceses, se encargaron de transmitir al resto de los conventos descalzos (en Italia) el culto de la Virgen del Remedio que ellos ya veneraban fervorosamente, anteponiéndole el adjetivo Buen (hacia el siglo XVII).

Con la restauración de la Orden en Italia, se va tomando como cosa propia esta devoción a la virgen del Remedio, especialmente a partir de 1920. En España curiosamente comenzó un proceso de fusión entre las dos advocaciones, llamándola indistintamente, Nuestra Señora de Gracia y del Remedio.

Patrona de la Orden de la Santa Trinidad junto con santa Inés
Luego de tanto esfuerzo por conseguir su patrocinio de la Sede Apostólica, Nuestra Señora del Remedio ha sido declarada Patrona Principal de la Orden, junto con Santa Inés, virgen y mártir, por el papa Juan XXIII en 1961, accediendo a una petición que había hecho el Capítulo General de 1959.

El papa Juan XXIII, concedió
a los trinitarios el patrocinio
de Nuestra Señora del Buen
Remedio en 1961. Foto:
Cofrades de Sevilla-España.
En la actualidad los trinitarios celebramos la Fiesta de Nuestra Señora del Remedio con rango de Solemnidad el día 8 de octubre y el No 52 de nuestras Constituciones dice ...honren a la Virgen María con afecto filial y con verdadera devoción, fomenten su culto, venerándola, según una antiquísima tradición de la Orden, bajo el título de bienaventurada Virgen María del Buen Remedio, Patrona principal de nuestra Orden, rezando el rosario mariano y celebrando la misa votiva y la Liturgia de las Horas el sábado, según las rúbricas.

Finalmente, las representaciones más comunes (existiendo muchas y variadas) de la Virgen del Remedio son aquellas en las que se encuentra vestida con el hábito trinitario, con una de sus manos sostiene una bolsa de monedas, mientras con la otra carga al Niño quien tiene en sus manos el escapulario trinitario. Si la imagen se representa sin el niño, suele ser la Virgen quien lleva los escapularios.

Bibliografía
AZNAR, Pablo, Libro de los milagros de Nuestra Señora del Remedio..., Barcelona 1626.
CALVO, Silvestre, Resumen de las prerrogativas del Orden de la Ssma. Trinidad, Pamplona 1791.
PORRES, Bonifacio, ARIETA, Nicolás; Santa María del Remedio, Secretariado Trinitario, Córdoba 1985. Texto sobre el cual baso la mayor parte del contenido de este artículo.
PORRES,Bonifacio; Santa María del Remedio Adiciones, [Secretariado Trinitario, Córdoba 2003]