domingo, 18 de noviembre de 2012

Santos de la Orden de la Santísima Trinidad

Desde Bogotá - Colombia: ¿Cuántos son los santos trinitarios?
Desde Sao Paolo - Brasil: ¿Por qué siendo tan antigua la Orden de la Santísima Trinidad no tiene muchos santos?

El objetivo de toda espiritualidad en la
Iglesia es la santidad de sus miembros.
El objetivo de cualquier forma de espiritualidad en la Iglesia es la santidad de sus miembros. Por haberlo seguido, un respetable número de hombres y mujeres, religiosos, religiosas, monjas, laicos y otros miembros de la Familia Trinitaria, han merecido ser declarados por la Iglesia, santos, beatos o venerables. A otros se les ha introducido la Causa, por lo que se les puede llamar Siervos de Dios. Este número -para algunos- parece no ser suficiente y sumamos el hecho de que la popularidad de los santos de la Orden, no es que sea la más elevada que digamos. Por ello, no es la primera vez que alguna persona se pregunta la razón por la cual siendo una Orden tan antigua, tenemos “tan pocos” santos. Antes de dar cualquier respuesta se hace necesaria la aclaración de lo que significa un proceso de canonización.

El proceso de beatificación y canonización: 
La canonización, es un decreto por medio del cual, la Iglesia consiente la veneración pública de un individuo cristiano ya fallecido. Tal veneración, sin embargo, puede ser permisiva o preceptiva y puede ser local o universal. Se llama beatificación, cuando el decreto solo permite tal veneración (permisiva), o incluso puede obligar bajo precepto pero no concierne a toda la Iglesia, sino a una iglesia particular o a una comunidad o asociación religiosa (es local) y se llama canonización, cuando el decreto crea un culto que es para toda la iglesia (universal) y obligatorio (preceptiva). Al imponer esta obligación, el Papa puede y de hecho usa, uno de dos métodos:

1. Canonización formal: ocurre cuando el culto es prescrito como una decisión explícita y definitiva, después del proceso judicial debido y las ceremonias usuales en tales casos. Primero "se postula la Causa", el obispo diocesano y el postulador de la causa, normalmente transcurridos cinco años desde la muerte del candidato o candidata, recogen la información necesaria y presentan un informe a la Santa Sede sobre su vida y obras. Luego la persona es declarada "Siervo de Dios". La Santa Sede, por medio de la Congregación para las Causas de los Santos, examina el informe y dicta un Decreto diciendo que nada impide iniciar la Causa. Después la persona es declarada “Venerable”, con ello se demuestra que el candidato ha tenido una vida conforme al evangelio y el Papa por tanto declara sus "virtudes heroicas". Le sigue la beatificación, la persona es declarada "Beato" (requiere de un milagro atribuido a la intercesión del candidato, a menos que se trate de un mártir). Solo a partir de este momento se le puede ofrecer veneración pública, pero limitada a la Iglesia local o comunidad o congregación religiosa. Finalmente la canonización, la persona es declarada "Santa" (requiere de la autenticación de otro milagro o de un milagro en el caso de un mártir). Se le rinde culto en toda la Iglesia, se le asigna un día de fiesta y se le pueden dedicar templos y santuarios.

Nuestros Padres Juan
y Felix, fueron canoni-
zados según la forma
"Casus exeptus".
2. Canonización equivalente: se presenta cuando el Papa, omitiendo el proceso judicial y las ceremonias, ordena que cierto Siervo de Dios sea venerado en la Iglesia Universal. Se debe demostrar que el santo ha sido venerado desde mucho tiempo atrás, que sus virtudes heroicas (o martirio) y milagros han sido relatados por historiadores confiables y que la fama de su intercesión milagrosa está ininterrumpida. Ejemplos de tal canonización se encuentran con Benedicto XIV, cuando aprueba el culto de los santos Romualdo, Norberto, Bruno, Pedro Nolasco, Ramón Nonato, Juan de Mata y Félix de Valois, entre otros. Recientemente Benedicto XVI, utilizó este método para aprobar el culto de santa Hildegarda. Tales casos son una buena prueba de la precaución con la que procede la Iglesia en estas canonizaciones equivalentes.

En 1988, para celebrar su IV centenario, la "Congregación para las Causas de los Santos" publicó el Index ac status Causarum. Este libro y los suplementos que le siguieron, están considerados como el índice definitivo de todas las causas que han sido presentadas ante la congregación desde su institución.

Algunas posibles razones por las cuales el Santoral Trinitario no es tan amplio
Es imposible pensar que en ocho siglos de historia, la Orden Trinitaria no haya brillado por la santidad de sus miembros, por lo tanto descartamos la posibilidad de que la misma no haya dado más santos que aquellos que han sido reconocidos oficialmente por la Iglesia. Las circunstancias son otras y aquí enumeramos algunas posibles razones:

1. Falta de cronistas en los primeros cuatro siglos de la Orden. Al contrario de otras Órdenes surgidas en la misma época, la Orden Trinitaria no contó con cronistas que transmitieran las memorias de sus miembros más respetables a la posteridad. Algunos surgen hacia finales del siglos XV y la gran mayoría en el siglo XVI y XVII, pero a cuatrocientos años y más, desde la fundación de la Orden, no había mucho que decir por la falta de documentos y crónicas, de ahí que muchos de ellos recurren a las leyendas para narrar las vidas de los pocos santos cuyas memorias aún se recordaban o sencillamente de personajes probablemente inexistentes. Este argumento se basa sobre el hecho de que, aparte de los documentos oficiales de la fundación, es notoria la carencia de aquellos que hablen del modo de vida de los religiosos y de sus gestas.

2. El principal interés de los trinitarios era la redención de cautivos. Una de las principales razones -deduciéndolo de la simplicidad de la Regla-, podría ser, que los trinitarios, convencidos de su ser caritativo redentor, no contemplaban el uso del dinero para cosas diferentes a aquellas estipuladas por la Tertia Parts (División de los bienes en tres partes iguales: una para la Redención de Cautivos a causa de su fe, las otras dos para las obras de misericordia y el moderado sustento de los frailes). Por lo tanto, en vez de invertir dinero en libros y tintas, imágenes, lienzos, pinturas etc., lo dedicaban al rescate de los cristianos cautivos y/o a los pobres y peregrinos que acogían en sus hospitales. Puede que sea muy simplista mi apreciación, pero me resulta curioso que no hubieran, en los primeros siglos, religiosos preparados que colocaran por escrito las gestas de la Orden y de sus correligionarios.

Apoteosis de la Orden de la Santa Trinidad.
Colección trinitaria.
3. La falta de comunicación entre las provincias y/o las casas. Es importante tener en cuenta que en sus orígenes, a la Orden de la Santa Trinidad, le faltaba la conciencia de ser una institución supranacional -quizá porque nos encontramos en un tiempo de una conciencia de cristiandad, donde toda Europa “Occidental” era vista como una única realidad, a pesar del nacimiento de los Estados Nacionales-. Había trinitarios franceses, ingleses, españoles, portugueses, entre otros, así nos encontramos con nombres de frailes según su proveniencia:  Juan de Provenza, Miguel el español, Juan el inglés, Guillermo el escocés, Enrique el Alemán, etc., pero -al parecer- con muy escasa relación entre unos y otros. El sistema de administración de entonces era diverso al nuestro, cada casa era independiente, aún con el nacimiento de las Provincias, los frailes trinitarios estaban sujetos a su casa, de hecho hacían voto de estabilidad. A pesar de tener una casa en Roma, Santo Tomás in Formis, y de que san Juan de Mata murió en ella en 1213, la casa "general" siempre estuvo en Francia, desligada del resto de la Orden y, en ese entonces, no existía el papel de un procurador general ante la Santa Sede.

5. La pérdida de fuentes. Finalmente, pero no menos importante, las constantes persecuciones contra la Iglesia, y en ella la destrucción de numerosos conventos, propiedades y archivos de los religiosos trinitarios, a causa de las diferentes supresiones a partir del siglo XVI -especialmente en Inglaterra, Escocia e Irlanda donde no se recuperó nada-, hicieron que se perdieran documentos importantes sobre algunos personajes trinitarios que al parecer llegaron a tener culto público o fama de santidad.

Sea cual sea la razón, lo cierto es que los trinitarios de la antigua observancia, hasta los siglos XVI y XVII, al parecer, no se interesaron mucho -quizá siguiendo el ejemplo del Santo Fundador- o por aparecer delante de los hombres como modelos de santidad. Con la Reforma esto cambiaría, gracias a los escritos del Santo Reformador y de las crónicas de los trinitarios descalzos españoles. Fueron los descalzos quienes lograron la canonización (equivalente) de nuestros santos Padres Juan y Felix en 1666 y aunque los trinitarios de la antigua observancia llevaron a san Simón de Rojas a la beatificación, fueron los hijos de san Juan Bautista de la Concepción, quienes lograron su canonización.

Algo que desconocemos la gran mayoría de los trinitarios, es que son muchos los hermanos que nos precedieron, que murieron en olor de santidad. Debido al alto riesgo que conllevaba la redención de cautivos, numerosos fueron los mártires que nuestra Orden dio a la Iglesia en el nombre de Cristo. De hecho, junto a Nuestros Padres Juan y Felix, se hizo también el intento de obtener el culto inmemorial de algunos de ellos y de otros religiosos no mártires (comúnmente llamados confesores), pero como ya lo señalamos, la falta de crónicas y la dificultad de encontrar documentos, provocó la suspensión de los mismos.

San Juan de Mata y algunos otros santos
de la Orden. Imagen: Web Curia General.
Santoral Oficial de la Orden de la Santísima Trinidad
Enero:
7. San Juan de Ribera, obispo, cofrade.
13. Beata Francisca de la Encarnación, virgen y mártir.
22. San Vicente Palotti, presbítero, terciario.
28. Santa Inés, virgen y mártir, Patrona de la Orden.
Febrero:
4. Beata Isabel Canori Mora, terciaria.
14. San Juan Bautista de la Concepción, presbítero reformador
Marzo:
24. Beato Diego José de Cádiz, presbítero capuchino, cofrade.
Abril:
16.  San Benito José Labré, cofrade.
Mayo:
7. Traslado de las reliquias de San Juan de Mata.
11. Beato Domingo Iturrate, presbítero.
Junio:
8. San Miguel de los Santos, presbítero.
9. Beata María Ana Taigi, terciaria.
Agosto:
12. Beato Inocencio XI, papa.
25. San Luis, Rey de Francia, terciario
Septiembre:
12. Santo Nombre de María.
25. Beato Marcos Criado, presbítero y mártir.
28. San Simón de Rojas, presbítero. 
Octubre:
8. Nuestra Señora del Buen Remedio.
23. Santísimo Redentor.
Noviembre:
4. San Félix de Valois, presbítero, cofundador.
6. Beato Mariano de San José y compañeros mártires. Estos compañeros son:
Beato José de Jesús María.
Beato Juan de Jesús María.
Beato Juan de la Virgen del Castellar.
Beato Luis de San Miguel de los Santos.
Beato Melchor del Espíritu Santo.
Beato Prudencio de la Cruz.
Beato Santiago de Jesús. 
Beato Segundo de Santa Teresa. 
Beata María Francisca Espejo y Martos, virgen y mártir.
Beato Álvaro Cejudo, laico y bienhechor de la Orden.
A este grupo -me imagino- se unirán los mártires de Alcázar de San Juan, que posiblemente se beatificarán el próximo año, estos son: 
S.D. Hermenegildo de la Asunción.
S.D. Buenaventura de Santa Catalina.
S.D. Francisco de san Lorenzo.
S.D. Plácido de Jesús.
S.D. Antonio de Jesús y María.
S.D. Esteban de San José.
13. Todos los Santos de la Orden. 
14. Todos los Difuntos de la Orden.
Diciembre:
17. San Juan de Mata, Fundador.

Nuestros Padres Juan y Felix con san
Luis de Francia, santa Isabel de
Portugal, nuestro Padre san Juan
Bautista de la Concepción y otros santos
de la Familia. Foto: San Crisógono-Roma.
Santos o beatos tenidos en gran estima por su relación con la Orden
Santa Catalina, virgen y mártir. Antigua patrona de la Orden, junto con santa Inés.
San Fernando III rey de España, bienhechor.
Santa Isabel de Portugal, afiliada a la Orden.
San Cristobalito de la Guardia, niño mártir.

Venerables y Siervos de Dios
Venerable Tomás de la Virgen
Venerable Francisco de Asís Méndez Casariego, Presbítero y fundador de las Trinitarias de Madrid.
Venerable José di Donna, obispo de Andria (Italia) y misionero en Madagascar.
Venerable Felix de la Virgen.
Venerable Leonor Ramírez de Montalvo fundadora de las trinitarias de Florencia, agregadas a la familia trinitaria en 1974.
S.D. Ángela María de la Concepción, Reformadora.
S.D. María Teresa de la Santísima Trinidad, fundadora Trinitarias de Roma.
S.D. Mariana de la Santísima Trinidad, cofundadora Trinitarias de Madrid.
S.D. Ángela María del Sagrado Corazón de Auschwitz, trinitraria de Valencia.
S.D. Juan de San José

Mártires en proceso
Mártires de Argel: Bernardo de Monroy, Juan del Águila y Juan de Palacios.

A estos se les hizo proceso informativo pero sus causas quedaron estancadas:
Fr. Pablo Aznar, presbítero y mártir de la Confesión.
Fr. Antonino de la Asunción, Ministro General.
Sor María Serafia Hugon, trinitaria de Valance.
Cornelio O’Connor y Eugenio Daly, mártires irlandeses.
Francisco de los Ángeles
Pedro de Jesús, novicio.
María del Pilar de Blas, terciaria.

Iglesia de San Crisógono -Roma.
Algunos personajes trinitarios considerados "santos" en algunas crónicas.
En algunas crónicas de la Orden que datan especialmente del siglo XVI y XVII, mencionan indiferentemente con el título de santo o beato a los siguientes: 
San Juan Anglico, Ministro General.
San Guillemo Escoto, Ministro General.
San Roberto de San Juan, Protomártir de la Orden.
San Osberto de la Santísima Trinidad
San Gilberto Escoto
Beato Hugo de San Victor.
Beato Alejandro Sufocardo.
San Roberto de Kaneresburgo.
Beato Juan Cumino
San Martin el bueno
San Walter de Atharia I.
San Walter de Atharia II.
Beato Gilberto Escoto.
Beato Willelmo Rouse.
Beato Edmundo de Kaneresburgo
Beato Juan Rysby.
Beato Thomas Asbby.
Beato Nicolás de Telleforud.
Beato Ricardo de Aberdonia.
Beato Malaquías de Santa Cruz.
Beato Roberto Suye.
San Eduardo de Kaneresburg.
San Francisco Ramsey, obispo.
San Ricardo de Aberdonia.
San Sebastian Robes.
Beato Nicolás Gallus, Ministro General.
Santos Mártires ingleses, irlandeses y escoceses.
Beatos Mártires de Constantinopla.
Beato Enrique Alemán, fundador del monasterio de Constantinopla.
Santa Laura de san Pedro y sus 53 compañeras mártires de Constantinopla. De estas se conocen dos nombres: Santa Lucía de Santa Lucía y Santa Ángela del Santísimo Sacramento.
San Arturo, mártir en Persia.
San Patricio, mártir en Persia.
Beato Pedro de Corvilhon, mártir en India.
Beata Constanza de Aragón, Fundadora de las trinitarias de Avingaña.

Iconografía de diversos santos de la Orden Trinitaria, entre los
que se encuentran algunos no "oficiales" como san Arturo y san
Cristobalito de la Guardia. En el Santuario de Nuestra Señora
del Tufo en Rocca di Papa (Roma-Italia).

Varios de ellos se encuentran representados en pinturas e incluso esculturas, con la aureola (típica de los santos) y el título de santo o beato: como Roberto de San Juan, Juan Anglico, Guillermo el Escocés, Roberto de Kanesresburgo (venerado en algunas diócesis de Inglaterra y Estados Unidos) Pedro de Corvilhon (a quien veneran en la India como protomártir del cristianismo de rito latino), Laura de San Pedro y Arturo  (Estos dos han gozado últimamente de mucha fama en diversos sitios web y me he enterado de algunos que los veneran convencidos de su existencia y de su santidad).

Otros trinitarios y trinitarias que gozaron o gozan aún, de fama de santidad:
Finalmente, en la memoria de algunos queda el recuerdo de los siguientes trinitarios y trinitarias:
Isabel de la Santísima Trinidad, fundadora Trinitarias de Sevilla.
Sor María del Niño Jesús (Marichu), monja trinitaria de Laredo.
Fr. Juan Gil, redentor de Miguel de Cervantes.
Fr. Juan Fiumara, de Sicilia.
Fr. Alberto del Espíritu Santo, de Sicilia y martirizado en el Japón.
Fr. Angelo Tota, de Cerdeña.
Fr. Juan María Bun, de Cerdeña.

Que alguien me diga ahora, que la Orden no tiene de que gloriarse. Eso si, la gran mayoría no serán santos reconocidos oficialmente, un par de ellos existieron pero no fueron trinitarios y otros probablemente ni existieron, pero lo importante es que todos y cada uno, representan los esfuerzos de tantos trinitarios y trinitarias que han entregado sus vidas por dar gloria a Dios Trinidad y a los pobres y cautivos la libertad.

BIBLIOGRAFÍA
[ANGELO ROMANO DI SANTA TERESA], Sguardo Storico sull’Ordine Trinitario, Roma [1941].
D’ERRICO, Antony, The Trinitarians, an overview of their eicht hundred year service to God and humanity, [Roma] S.D.
ENCICLOPEDIA CATÓLICA (Enlace). Para quien quiera profundizar sobre el tema del proceso de beatificación y canonización.
HERNÁNDEZ, José, Espigando el patrimonio trinitario, [Roma 2001].
SÁEZ DE ALBÉNIZ, Antonio, Los santos beatos y venerables trinitarios en el “Index ac Status Causarum” de la Congregación para las Causas de los Santos, en: Diálogo, Portavoz de la Comunidad Trinitaria España Norte, mayo 2012 N° 77, pp. 57-60.
VILLEGAS, A. Flos Sanctorum, Historia General de la Vida, y Hechos de Jesu-Christo, Dios y Señor nuestro; y de los Santos, de que reza, y haze fiesta la Iglesia Catholica, Barcelona 1794.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Santísimo Redentor, Jesús Nazareno Rescatado

Jesús Nazareno Rescatado
o Cristo de Medinaceli de
Madrid.
En esta ocasión, ya que tengo dos preguntas relacionadas con la imagen de Jesús Nazareno Rescatado, intento dar respuesta a ambas en el mismo artículo.

1. Desde Benicasim (España) ¿No fueron acaso los capuchinos quienes han dado a conocer la imagen de Jesús Nazareno rescatada por los trinitarios? 
2. Desde Bogotá (Colombia) ¿Por qué en algunas páginas web, llaman al Rescatado, el Cristo de Medinaceli?

Jesús Nazareno Rescatado, conocido también como el Cristo de Medinaceli, o Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, o Santísimo Redentor (Según su fiesta litúrgica), es una imagen de Jesús de Nazaret que data de la primera mitad del siglo XVII y mide 1,73 metros de altura. Evoca el momento de su Pasión cuando Pilatos lo presenta al pueblo, conocido popularmente como el Ecce Homo. Se encuentra en la Basílica de Jesús de Medinaceli en Madrid (España), antiguo convento de los Trinitarios descalzos y en la actualidad regentada por los Frailes Menores Capuchinos. Se desconoce al autor, aunque según algunos expertos, parece que pertenece a la escuela sevillana del taller de Juan de Mesa. También se desconoce a quien pertenecía antes de llegar al fuerte de la Mámora y cómo fue que llegó a ese lugar de Marruecos (aunque algunos historiadores capuchinos aseguran que era propiedad de una antigua comunidad de su Orden en ese lugar).

Mámora de Marruecos
Conocida también en el siglo XVII por "Fuerte de San Felipe de la Mámora" y a partir de 1643 por San Miguel de Ultramar, es una ciudad marroquí fortificada, situada en las costas del Atlántico y perteneció a España desde el 7 de agosto de 1614 hasta el 30 de abril de 1681, cuando fue tomada y saqueada por un ejército de unos 80 mil moros. Los defensores españoles útiles para la lucha eran apenas 160 hombres. El resto de los habitantes, hasta 314, no estaban en condiciones de tomar las armas. Viendo la enorme desigualdad de las fuerzas, los españoles no tuvieron otra salida que capitular. Todos serían prisioneros a excepción de unos cuantos capitanes con sus esposas y dos religiosos Capuchinos que hacían de capellanes. Los soldados españoles fueron conducidos como prisioneros a Mequínez. Con ellos se llevaron también las imágenes y los objetos de culto.

Fueron rescatadas en la decimocuarta redención de los Trinitarios
Descalzos, 17 imágenes, de las cuales la más famosa es la de Jesús
Nazareno Rescatado, venerada hoy en su propio santuario en Madrid.
Los moros profanaron las imágenes
Los moros profanaron las imágenes, hicieron con ellas muchos ultrajes y escarnios, las pusieron ante su rey Muley Ismaín, quien las mandó arrastrar por las calles de Mequínez. Testigo de ello, fr. Pedro de los Ángeles, religioso trinitario descalzo, viendo las imágenes tan maltratadas, entre injurias y afrentas, llorando llegó al rey moro, ofreciéndose a su rescate. Le permitieron recogerla y guardarla, bajo la amenaza de que si no cumplía su promesa, le habían de quemar vivo. 

Decimocuarta redención de los Trinitarios Descalzos
Esta redención fue realizada por los padres fr. Miguel de Jesús y María, fr. Juan de la Visitación y fr. Martín de la Resurrección, quienes desde la ciudad de Ceuta (al norte de Marruecos y perteneciente hasta hoy a España), dieron libertad a 211 cautivos de Mequínez, Fez y Tetuán. Con ellos, rescataron también las 17 imágenes.

Fresco en la iglesia de la Trinidad de
Algorta (España) que representa la leyenda
del Rescate. Foto: Fr. Sergio Pereira O.SS.T.
La principal de las 17 imágenes rescatadas era la de Jesús Nazareno, fueron llevadas a Ceuta, donde salieron a recibirlas las autoridades españolas de la plaza. Según una leyenda tardía, la imagen de Jesús Nazareno sería pagada por el peso de la misma en monedas de oro o plata -según quien la cuente-, la colocaron en una balanza y milagrosamente no pesó más que treinta monedas (clara alusión bíblica). Lo cierto es que los documentos dicen que cada imagen fue pagada por su justo precio. Las llevaron en procesión a la iglesia de los Trinitarios descalzos de Ceuta. Allí se cantó un Te Deum. Esto sucedió en el mes de enero de 1682. Luego fueron trasladadas a España.

Desagravio de las imágenes en Madrid
Luego de pasar por varias ciudades en el sur de España, llegaron las sagradas imágenes a Madrid, al convento de los trinitarios descalzos. El Ministro General de la descalzos, fr. Antonio de la Concepción dispuso la celebración de tres días de fiestas, con procesiones, misas, sermones y exposición del Santísimo, para la reparación (desagravio) de las imágenes. Se adornaron con riquísimas joyas y a todas se les impuso el escapulario trinitario en el pecho, como se suele hacer con los rescatados. En el altar central de la iglesia conventual se colocó la imagen de Jesús Nazareno y las otras imágenes se repartieron con orden  y proporción del altar.

Rescatado de Varsovia.
(Polonia).
La imagen de Jesús Nazareno se queda con los trinitarios
La imagen de Jesús Nazareno se quedó en el convento la Encarnación, de los trinitarios descalzos de Madrid, donde se colocó en altar particular. Los madrileños comenzaron a llamarle "el Rescatado". La afluencia de los devotos, hizo necesaria la construcción de una nueva capilla. En 1686 concedieron los Duques de Medinaceli un solar para construir la capilla, convirtiéndose en los patrones de la misma, pero a causa de la multitud de los devotos, a esta donación siguió otra en 1716, de un nuevo terreno para su ampliación. En 1723, el convento cambió el nombre por el Jesús Nazareno.

Los trinitarios propagan su devoción
En el siglo XVIII, los trinitarios se encargaron de propagar la devoción de Jesús Nazareno Rescatado. En todas sus casas prendió con fuerza esta devoción, tanto en España como en en Alemania, Polonia, Hungría, Austria e Italia. Incluso en 1705 se habla de una capilla construida en su honor en Vilna (Lituania) y otras tantas en las Indias Occidentales (América). En España son dignas de mención las réplicas que se hicieron en Sevilla, Alcázar de San Juan, Valencia, Alcalá de Henares, Toledo, Málaga, Granada, Algorta, Villanueva del Arzobispo y Andújar. Entre todas resalta la imagen venerada en el convento de Santa María de Gracia de los trinitarios de Córdoba, fabricada en 1713. Aún sobreviven en la Península, muchísimas cofradías cuyo titular es Jesús Nazareno Rescatado, las cuales jugaron un papel muy importante en la expansión de su culto.

En algunas iglesias de Roma se puede apreciar la imagen del Rescatado, adornada con escapulario trinitario. Es de notar que fue una devoción muy sentida en el siglo XVIII y una de sus más grandes devotas fue la beata Isabel Canori Mora, la imagen de su pertenencia se encuentra junto a sus restos en la iglesia de San Carlino de las Cuatro Fuentes en Roma.

Imagen venerada en
Vilna (Lituania).
Aunque los trinitarios no tuvieron comunidades en América sino hasta finales del siglo XIX, la presencia de las monjas trinitarias en Lima (Siglo XVII) y algunos obispos trinitarios en el "Nuevo Mundo", llevaron consigo la devoción a Jesús Nazareno, de hecho el padre fr. Eusebio del Santísimo Sacramento (gran propagador de su culto), habla de esculturas, estampas y medallas de dicha devoción en las Indias Occidentales. Con la llegada de los trinitarios al continente americano, especialmente a inicios del siglo XX, la devoción del Rescatado, fue una de las más aceptadas y valoradas por la población. Son muy famosas las imágenes de Buenos Aires, Hernando y Villa María en Argentina, Lima en Perú, y San Carlos de Ñuble y Santiago de Chile, en esta última se levanta un majestuoso templo en su nombre.

Con las nuevas presencias los trinitarios siguen llevando consigo la devoción del Rescatado. El Laicado Trinitario de Bogotá (Colombia) le tiene como titular. En Madagascar, Polonia y México es muy sentida esta devoción entre los internos en las cárceles y el SIT, Solidaridad Internacional Trinitaria, organismo general de la Orden, ha reservado el 23 de cada mes (por la fiesta del Santísimo Redentor el 23 de octubre), como día dedicado a la oración por los cristianos perseguidos a causa de su fe en Cristo, quienes padecen en carne propia los mismo ultrajes que Jesús y su sagrada imagen "padecieron".

Rescatado que veneraba la beata
Isabel Canori Mora. Actualmente
se encuentra en la iglesia de San
Carlino en Roma.
Culto litúrgico
Clemente  XII aprobó el 10 de diciembre de 1733 unos estatutos de los trinitarios descalzos, que dividían la Orden en dos familia, la hispana (que comprendía las provincias españolas y toma como titular al Santísimo Redentor) y la extrahispánica (provincias de Polonia, Italia y el imperio Austro-húngaro, cuyo titular era la Madre del Redentor). Al ser el titular de la familia hispana, el Santísimo Redentor se celebró desde un principio con gran solemnidad en los conventos trinitarios descalzos de España

El 22 de octubre de 1734 la Sagrada Congregación de Ritos concedió al convento de los trinitarios descalzos de Venecia, el oficio y misa del Redentor. Luego el 11 de diciembre del mismo año, lo concedió para toda la Orden descalza y en 1735 señaló su celebración para el 23 de octubre. Los trinitarios descalzos, identificaron desde siempre, esta fiesta del Redentor como la fiesta de Jesús Nazareno Rescatado, de tal modo que la S. C. de Ritos el 16 de marzo de 1833 la señala dos veces (23 de octubre para Roma y el primer domingo de septiembre para España) con la expresión Fiesta del Santísimo Redentor Jesús Nazareno. Con la unión de los Trinitarios en 1900 se conservó el 23 de octubre como fecha para la celebración de la Fiesta del Santísimo Redentor. Actualmente hay concedida indulgencia plenaria para toda la familia trinitaria que con las debidas normas (confesados y comulgados) visiten una iglesia de la Orden el día 23 de octubre.

Rescatado de Córdoba (Esp).
Foto: F. G. SanMiguel.
Supresión de los trinitarios en España y pérdida del convento de Madrid
En 1808, los franceses, al mando de Napoleón Bonaparte invaden Madrid. En 1810, el rey José Bonaparte decretó la supresión de todas las ordenes religiosas y obligó a los trinitarios, como a todos los religiosos, a abandonar su convento. Para evitar profanaciones, trasladaron la imagen del Rescatado a la Iglesia Parroquial de San Martín. En 1814 vuelve a la iglesia de los Trinitarios, hasta que el 16 de marzo de 1836 suprimida nuevamente la Orden Trinitaria por las leyes de Mendizábal y a requerimiento de la real e ilustre Esclavitud de N. P. Jesús se traslada la imagen de Jesús a la parroquia de San Sebastián de la Villa de Madrid, evitando que la imagen pasase al convento de los Trinitarios calzados de Atocha, convertido en un almacén destinado a deposito de imágenes y objeto religiosos incautados. Hasta 1835, los Trinitarios descalzos regentaron la capilla, cuando fueron exclaustrados. De echo siguieron siendo capellanes. 

En diversas manos hasta llegar a los capuchinos
A finales de Diciembre de 1845, el duque de Medinaceli, apoyado por las religiosas Concepcionistas de Caballero de Gracia, que en ese momento habitaban el antiguo convento Trinitario, solicita al Ministro de Gracia y Justicia el que vuelva la imagen a su antigua capilla. A pesar de oponerse a dicha petición la Esclavitud, el 18 de abril de 1846, la imagen de Jesús se traslada desde la parroquia de San Sebastián a su capilla en el antiguo convento de los Trinitarios. En este convento, ya no habitan los Trinitarios sino que desde 1845 hasta 1895, son diferentes congregaciones religiosas las que en el residen. 

Imagen venerada en la
iglesia de Jesús Nazareno
de Santiago de Chile.
Foto: El Arte de la Iglesia.
De las crónicas de ese tiempo se percibe que el culto al Jesús Nazareno del Rescate (el de la imagen original en Madrid) va decayendo. Los Trinitarios no se habían repuesto aún del golpe de las supresiones. Ante esta situación los Duques de Medinaceli, en conformidad con los deseos del Señor Obispo de Madrid, deciden poner al frente y servicio de la iglesia de Jesús Nazareno a los Padres Capuchinos, efectuándose la posesión de dicha iglesia el día 7 de julio de 1895. Desde esta fecha la imagen de Jesús va recuperando el culto, la devoción y el fervor por parte del pueblo madrileño, quienes a partir de entonces, comenzaron a llamarle el Cristo de Medinaceli (con esto creo responder a la segunda pregunta, aunque como leímos anteriormente, la vinculación de los Duques de Medinaceli con la imagen, data desde los primeros años de la presencia de la misma en Madrid). La actual basílica fue construida en 1930. Durante la guerra civil la imagen estuvo en diversos lugares de España, Francia y Suiza, para evitar que se perdiera en manos de los comunistas.

Como se deduce de esto último, los capuchinos fueron una pieza fundamental para la restauración y el cuidado del culto del Cristo de Medinaceli de Madrid. Sin embargo toda la devoción que gira al rededor de la imagen y la propagación de su culto en otras partes del mundo, bajo el título de Jesús Nazareno Rescatado, Cristo del Rescate o Santísimo Redentor, guardan estrecha relación con la devoción que los trinitarios y trinitarias (religiosos, monjas, religiosas, laicos y/o terciarios) manifestaron y siguen manifestando desde sus conventos e iglesias.

Fuentes
ALEJANDRO DE LA MADRE DE DIOS, Chronica de los Padres Descalzos de la Santísima Trinidad, Madrid 1707.
CURIEL, Arturo, El Rescatado de Antequera, [Málaga S.D.]
DOMINGO DE LA ASUNCIÓN, La milagrosa imagen de Jesús Nazareno, llamada de Medinaceli, y la Orden Trinitaria, en El Santo Trisagio XVI [1928].
EUSEBIO DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO, Novena de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Madrid 1705.
FERNÁNDEZ, Domingo, Historia del Cristo de Medinaceli, León [1982].
MELCHOR DEL ESPÍRITU SANTO, El Diamante Trinitario, Madrid 1713.
PORRES, Bonifacio, Jesús Nazareno Rescatado en su tercer centenario (1682-1982), Córdoba 1982. Libro sobre el cual baso la mayor parte de los datos históricos del artículo.
RAFAEL DE SAN JUAN, De la Redención de Cavtivos... Madrid 1686.
SATURNINO DE LA TRANSFIGURACIÓN, Devocionario Trinitario, Madrid 1909.
WITKO, Andrea, Gesù Nazareno Riscattato, Napoli [1999].